Mientras el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, se reserva sus opiniones sobre sobre los detalles del asesinato de Héctor Melesio Cuén, exrector de la Universidad de Sinaloa y exdiputado federal, la verdad se va revelando poco a poco.
La historia detrás de la muerte de Cuén está salpicada de contradicciones y secretos que están poniendo en guerra a la Fiscalía General de la República (FGR) y la Fiscalía de Sinaloa. Pero, ¿por qué las autoridades eligen guardar silencio mientras las revelaciones siguen surgiendo?
Versión de la fiscalía local vs versión de la FGR
Recapitulando un poco, cuando se dio a conocer la muerte de Héctor Melesio Cuén, la fiscalía local había declarado y presentado un vídeo de una gasolinera, donde se afirmaba que unos sicarios le dispararon al exrector mientras estaba dentro de su camioneta, supuestamente en un intento de asalto.
Días después, “El Mayo” Zambada contó en una carta que, el día que fue privado de su libertad, en el mismo lugar Cuén fue asesinado. Y, al parecer, dijo la verdad en una parte, pues la Fiscalía General de la República (FGR) ha confirmado esta versión al encontrar rastros de sangre de Cuén en la finca Huertos del Pedregal.
Esto implica que el exrector ya estaba muerto al momento cuando se realizó el montaje de la gasolinera, lo que evidencia y contradice las declaraciones de la fiscalía local. La cual también mencionaba que Cuén murió por un disparo, mientras que su autopsia revelaba que el cuerpo presentaba cuatro disparos.
Asimismo, en la supuesta camioneta donde iba Cuén también se encontraron rastros de sangre que corresponden a Rodolfo Chaidez, quien era escolta de Zambada y ahora se encuentra desaparecido, tal como lo menciona el propio narcotraficante en su carta.
¿Por qué es importante esta historia?
Esta situación no sólo pone en jaque a las autoridades locales, sino también a figuras políticas de alto nivel. Rubén Rocha, el gobernador de Sinaloa, también ha sido señalado por “El Mayo” en su carta, mencionando que iba a reunirse con Cuén el día de su muerte.
Aunque, claro, Rocha ha negado, una y otra vez, cualquier relación con el narco, incluso mostrando supuestas pruebas de que estaba fuera del país ese día. Sin embargo, en una reciente investigación, fuentes del Departamento de Supervisión e Inteligencia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza en Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) revelaron que no existe ningún registro de la entrada de Rocha a Los Ángeles, como él afirma.
En adición, además de que Rubén Rocha, que representa a Morena, y Cuén, quien fue electo diputado por el PRI en alianza con el PAN y PRD, están señalados en la carta de Zambada, muchos han puesto atención también en el hecho de que el hijo de Cuén, que trabajaba en la Universidad Autónoma de Sinaloa, recientemente, lo vincularon a proceso por negociaciones ilícitas a nombre de la institución.
Esto es importante, porque deja ver el tipo de conexiones y nexos que muchos altos mandatarios tienen con grupos criminales.
Además, cuatro días después de que la FGR tomara el control del caso, la fiscal a cargo renunció a su puesto, pese a que, en un inicio, defendió a capa y espada el montaje de la gasolinera, lo que ha levantado aún más sospechas sobre la FS.
¿Por qué intentan ocultar la verdad?
El asesinato de Cuén ha puesto en evidencia una compleja red de encubrimientos, relaciones políticas y corrupción en Sinaloa. Las autoridades locales parecen haber intentado enterrar la verdad, lo que ha generado tensiones con las autoridades locales que parecen haber intentado proteger a ciertas figuras políticas involucradas.
Pero las revelaciones de la FGR han salido a la luz. Y la historia, que comenzó con una carta de un narco, ahora amenaza con sacudir a los líderes de la región.
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