Afores para adultos chiquitos: lo que necesitas saber para tu futuro

Ser adulto chiquito es entrar en un bucle temporal (repetir tu jornada laboral diariamente). Y entre lo feo de esta rutina, pensar en el retiro parece un lujo que queda lejano. Pero si, como muchxs de nosotrxs, empezaste a trabajar después de julio de 1997, te toca enfrentarte a la realidad: necesitas empezar a ahorrar para el retiro, y aquí es donde entra el tema de la Afore.

¿Qué es una Afore?

Una Afore, o Administradora de Fondos para el Retiro, es una empresa que gestiona el dinero que irás acumulando durante tu vida laboral. Este ahorro no es opcional: si trabajas en México en el sector formal (es decir, bajo contrato y con seguro social), entonces ya cuentas en una Afore. Todo trabajador formal afiliado al IMSS o ISSSTE tiene su cuenta de Afore, donde una parte de su sueldo se destina a su fondo de retiro.

¿Cómo funciona el ahorro en una Afore?

Cada mes, un porcentaje de tu salario se destina automáticamente a tu Afore, y estas aportaciones vienen de tres lados: tú, tu jefe o jefa (empleador), y el gobierno. 

Este dinero, lejos de quedarse guardado sin más, se invierte en diferentes fondos llamados Siefores, que buscan hacer crecer tu dinero con el tiempo. Y según tu edad, te asignan una Siefore que se ajuste a tu perfil. La idea es que cuando eres joven, tu dinero esté en inversiones de mayor rendimiento (y un poquito más de riesgo), pero conforme te acercas a la jubilación, el dinero se coloca en inversiones más seguras.

¿Por qué es importante empezar a ahorrar temprano?

Es fácil pensar que el retiro está a décadas de distancia, pero la realidad es que cuanto antes empieces a ahorrar de forma constante, más va a crecer tu fondo. Gracias al interés compuesto, el dinero que ahorras al principio tiene más tiempo para generar ganancias, lo que significa que al final tendrás una mejor pensión. Además, puedes hacer aportaciones voluntarias para darle un empujoncito a tus ahorros y asegurar un mejor retiro.

Entonces, ¿qué debo hacer?

1.- Localiza tu Afore

Si ya trabajaste alguna vez formalmente, probablemente ya tengas una cuenta. Consulta la app de AforeMóvil para conocer el estado de tu Afore y a dónde se está yendo tu dinero.

2.- Revisa tus estados de cuenta

Asegúrate de que las aportaciones estén llegando correctamente y de que tu dinero esté creciendo. También puedes comparar el rendimiento de distintas Afores y cambiarte a la que más te convenga.

3.- Haz aportaciones voluntarias

No necesitas esperar a la vejez para aumentar tu ahorro. Las aportaciones voluntarias, aunque sean pequeñas, pueden hacer una gran diferencia a largo plazo. Recuerda que las aportaciones voluntarias también las puedes hacer a través de la app.

4.- Infórmate y actualiza tu Afore

No tengas miedo de hacer preguntas o de investigar qué Afore tiene los mejores rendimientos. A veces, un pequeño cambio en dónde está tu dinero puede hacer una gran diferencia en el monto de tu pensión futura. 

Pues, no todas los Afores son iguales; algunas tienen mejores rendimientos (es decir, generan más dinero a largo plazo) y menores comisiones que otros. Elegir bien puede hacer una diferencia importante, y puedes cambiarte (una vez al año) de Afore si encuentras otra que te convenga más. En México, instituciones como la CONSAR te ayudan a comparar y entender mejor las opciones.

Ser adulto chiquito también es pensar en el futuro, y aunque sea raro imaginarlo, tu “yo” del futuro te agradecerá haber tomado en serio el ahorro para el retiro. ¡Empieza ahora y asegúrate de que cuando llegue el momento, tengas una pensión con la que puedas vivir cómodamente!


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