Nuestra presidenta está en boca de todos y ahora, ¡hasta en el top 100 de “Titanes” de Time! Según la famosa revista, Claudia Sheinbaum es uno de los pocos líderes en el mundo que puede hablar con propiedad sobre el cambio climático.
Con un currículum que incluye su participación en dos de los informes más importantes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, la morenista sabe de qué habla cuando se trata del medioambiente.
¿Por qué Time la menciona?
Para Time, la Doctora Sheinbaum tiene un background académico bastante sólido que demostró durante su tiempo como jefa de gobierno, cuando impulsó políticas como los primeros autobuses eléctricos en la Ciudad de México y cubrió los techos de la Central de Abastos con paneles solares.
Pero mucho ojito, no todo es color de rosa. A pesar de su impresionante trayectoria, según la revista, la Dra. Sheinbaum está caminando sobre una cuerda floja, atrapada entre las promesas de energías limpias y el inmenso poder de Pemex.
Pemex uno de los mayores contaminadores
Sí, el gigante petrolero ha sido llamado por Time como uno de los mayores contaminadores del mundo. Híjole tanto que AMLO se aferró a Pemex, y ni hablar de la destrucción de la selva tropical que impulsó (cof cof el Tren Maya).
Mientras Sheinbaum promete un futuro verde, también se compromete a seguir invirtiendo en Pemex. ¿Cómo se concilia esto? Es como decir que quieres ahorrar dinero pero sigues gastando en cosas innecesarias. ¡Red flag!
Expertos y analistas de la revista dicen que su plan de invertir 13,600 millones de dólares en energías renovables no tiene la receta mágica para alcanzar la meta de 45% de energía limpia en 2030 que tanto presume. Porque (según dicen) sin la ayuda del sector privado, lograrlo podría ser sólo un sueño guajiro.
El reto del agua
Y no sólo el clima la tiene ocupada. Sheinbaum también tiene sobre la mesa la crisis del agua. En nuestro país cada vez es más difícil encontrar agua potable, por eso propuso una reforma que garantice acceso equitativo al agua.
Aquí viene otro pero: ¿cómo planea hacerlo en un país donde el 70% de los recursos hídricos están privatizados? Esa reforma no se ve tan fácil de ejecutar. Peeero, bueno, al menos podemos presumir que nuestra presidenta aparece en Time, ¿cierto?
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