La presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, tuvieron su segunda llamada para hablar de dos temas polémicos: migración y el tráfico de fentanilo. Todo iba aparentemente bien, hasta que cada quien salió a contar una versión distinta de lo que se dijo.
Trump: “Sheinbaum cerrará la frontera”
Donald no perdió tiempo y se fue directo a sus redes a presumir la plática. Según él, Sheinbaum se comprometió a “cerrar la frontera sur” para frenar la migración hacia Estados Unidos. “Tuvimos una maravillosa conversación. ¡Fue una llamada muy productiva!” escribió.
También aseguró que hablaron sobre cómo frenar el tráfico de drogas, especialmente el fentanilo, y reducir el consumo en Estados Unidos. Todo sonaba muy prometedor, pero…
Sheinbaum dijo otra cosa
Horas después, Sheinbaum salió en sus redes a contar su versión. Primero calificó la llamada como “excelente” y explicó que le contó a Trump que México está atendiendo a las caravanas de migrantes desde su territorio, lo que ha evitado que lleguen a la frontera norte.
Sin embargo, cuando vio lo que Trump había publicado, no se quedó callada y lanzó un nuevo mensaje: “Reiteramos que la postura de México no es cerrar fronteras, sino tender puentes entre Gobiernos y entre pueblos” Básicamente, desmintió al expresidente estadounidense, sobre que se cerraría la frontera sur.
Sobre el tema del fentanilo, Sheinbaum aseguró que se está trabajando en campañas dentro de México para prevenir su consumo. Pero Trump lo pintó diferente: según él, ambos gobiernos acordaron controlar el flujo masivo de drogas desde México y evitar que los estadounidenses las consuman. ¿Quién tiene la razón? Es como ese juego de “teléfono descompuesto” donde nadie sabe qué dijo quién.
¿Hablaron de aranceles?
Un detalle interesante es que ni Trump ni Sheinbaum mencionaron si tocaron el tema de los aranceles del 25% que el republicano ha amenazado con imponer a productos de México y Canadá. ¿Tema incómodo o simplemente no lo discutieron?
¿Qué pasó aquí?
Esta llamada, que parecía el inicio de una relación diplomática “clara y formal”, terminó en una batalla de versiones. Por un lado, Trump dijo que México hará todo lo que él quiere. Por el otro, Sheinbaum dejó claro que no piensa cerrar fronteras, aunque su gobierno seguirá controlando las caravanas migrantes.
Lo bueno es que al menos ya abrieron un canal de comunicación, pero la gran pregunta sigue siendo: ¿realmente se entendieron?
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