El caso de Karen Itzel, una joven estudiante del Instituto Politécnico Nacional (IPN) que fue hallada muerta el 31 de mayo de 2022, poco después de dos años de lucha, ha llegado a su fin. José Luis ‘N’, su esposo y feminicida, fue sentenciado a 105 años de prisión por un tribunal de enjuiciamiento.
La resolución, basada en pruebas contundentes presentadas por la Fiscalía General de Justicia, marca una victoria en la lucha contra la impunidad en casos de feminicidio. Sin embargo, el camino hacia la justicia estuvo plagado de obstáculos, corrupción y dolor para la familia de Karen.
El día que Karen no regresó
El 19 de mayo de 2022, Karen Itzel salió de su hogar para entregar su tesis en un campus del IPN en Milpa Alta. Nunca la volvieron a ver. Doce días después, su cuerpo fue hallado en los límites de Tláhuac y Chalco, Estado de México, un descubrimiento que devastó a su familia y encendió las alarmas sobre la violencia que enfrentan las mujeres en el país.
Inicialmente, su desaparición movilizó a sus familiares y amigos, incluido José Luis, quien, en un acto de cinismo, participó en bloqueos de calles exigiendo que Karen fuera localizada. Sin embargo, las investigaciones pronto apuntaron hacia él como el principal responsable del feminicidio. Fue detenido el 25 de mayo de ese año.
Un crimen en complicidad
La tragedia no sólo envolvió a Karen, sino también a su hijo pequeño, quien quedó huérfano. Las investigaciones revelaron que los padres de José Luis también estuvieron involucrados en el crimen, ayudando a trasladar el cuerpo de la joven. Ambos fueron detenidos y enfrentan cargos como coautores del feminicidio.
La madre de Karen, Nadia Barrales, denunció las irregularidades y la corrupción que enfrentó durante el proceso judicial, señalando que hubo momentos en los que el sistema revictimizó a su hija y a su familia. “Estoy buscando mi justicia justa para mí hija y también para mí nieto porque él a su corta edad presencia todo. Mi nieto día tras día también me decía: abuelita, ¿cuándo los van a detener? Tienen que ser castigados; abuelita yo te ayudo a detenerlos”, declaró Nadia con una mezcla de tristeza, dolor y alivio.
Un grito de justicia que no calla
La sentencia de 105 años contra José Luis ‘N’ no borra el dolor ni la ausencia de Karen, pero representa una victoria para su familia y una esperanza para muchas otras mujeres que buscan justicia en un sistema judicial que a menudo las ignora o las relega al olvido.
El caso de Karen Itzel es un recordatorio de la urgencia de proteger a las mujeres y garantizar procesos judiciales que no perpetúen la violencia que ya les arrebató la vida. Hoy, su familia puede abrazar un poco de paz, pero su lucha sigue la misma de muchas más.
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