Era 1997. En una mansión de San Diego, la policía encontró una escena bastante perturbadora: 39 cuerpos, todos vestidos con uniformes negros y, en los pies, el mismo par de sneakers. Esos zapatos, específicamente, eran unos Nike Decade, blancos con negro, que nunca volverían a ser lo mismo.
Las víctimas fueron identificadas como miembros de Heaven’s Gate, una secta liderada por Marshall Applewhite, un hombre convencido de que sus seguidores podrían “ascender” a un nivel superior de existencia. El plan, según ellos, era dejar sus cuerpos atrás mediante un suicidio colectivo, para que sus almas fueran recogidas por una nave espacial que, supuestamente, seguía al cometa Hale-Bopp.
El caso explotó en los medios. Las imágenes de los cuerpos, con sus inconfundibles Nike, invadieron las portadas de revistas como Time y noticieros de todo el mundo. Pero había algo en esos sneakers, tan ordinarios y tan presentes en cada cadáver, que no dejaba de llamar la atención. ¿Por qué esos zapatos? ¿Por qué todos los llevaban? ¿Había algún significado oculto detrás de ellos?
La verdad resultó más simple, y a la vez más inquietante. Según Mark y Sarah King, dos exmiembros de la secta que sobrevivieron, los Nike Decade no fueron elegidos por algo simbólico. Únicamente resultaron ser los más baratos que encontraron, lo que importaba era que todos los tuvieran, sólo buscaban uniformidad. Como ellos mismos admitieron, “cualquier zapato que hubiéramos usado habría recibido la misma atención”.
A pesar de eso, el vínculo entre los sneakers y la tragedia es inquebrantable. Nike entró en crisis tras el escándalo. Rápidamente descontinuaron el modelo y, hasta la fecha, se niegan a hablar del tema más allá de un breve comunicado de 1997: “El incidente de Heaven’s Gate fue una tragedia. No tiene nada que ver con Nike”. Y nunca más mencionaron nada más.
Pero los Nike Decade no desaparecieron. Más bien, se convirtieron en un objeto de culto, buscado por coleccionistas dispuestos a pagar miles de dólares. Un vendedor en eBay incluso los puso a la venta por más de seis mil dólares, acompañado de una foto de Marshall Applewhite, como si el morbo fuera un extra incluido en el precio.
Hoy, estos sneakers son mucho más que un par de zapatos viejos. Son el símbolo de una tragedia que todavía le pone la piel de gallina a más de una persona, un recordatorio de cómo un objeto tan común puede volverse parte de una historia imposible de olvidar. ¿Ya conocías esta historia? ¿Conoces otra similar?
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