La frontera se ha convertido en un limbo para miles de personas que llegaron cargando todo lo que tienen: una maleta, un teléfono y la esperanza de que el sacrificio valdría la pena. Este lunes, apenas Donald Trump regresó al poder, la app CBP One dejó de funcionar.
Introducida en enero de 2023, esta aplicación había sido una herramienta crucial para gestionar el ingreso legal de migrantes. Con su sistema de citas, permitía a 1,450 personas al día cruzar de manera controlada en ocho puntos fronterizos. Sin embargo, ahora que dejó de operar, se cancelaron aproximadamente 30 mil citas programadas hasta febrero de 2025.
Al menos 270 mil migrantes de diferentes países (principalmente de Haití, Venezuela y Cuba) quedaron varados en México, Habían recorrido miles de kilómetros con la esperanza de cruzar de manera segura hacia Estados Unidos, pero ahora se encuentran en la incertidumbre de su futuro.
Un sistema colapsado
Desde su lanzamiento, CBP One representó una solución para ordenar el flujo migratorio mientras se endurecían las políticas de asilo. Aunque imperfecta, la aplicación facilitó la entrada de casi un millón de personas en menos de dos años, convirtiéndose en la única esperanza para muchos.
Sin embargo, como también anunció Trump, su eliminación viene acompañada con el regresó del programa “Quédate en México”, que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano hasta que sus casos sean revisados. Estas medidas, lejos de desalentar la migración, podrían empujar a las personas a buscar cruces ilegales, exponiéndose a peligros aún mayores.
La incertidumbre en los cruces fronterizos
La cancelación de CBP One deja a los migrantes atrapados en un sistema ya saturado. Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, más de 280,000 personas intentaban diariamente conseguir una cita a través de la aplicación, una demanda que superaba por mucho la capacidad disponible.
En ciudades fronterizas como Tijuana, Matamoros y Ciudad Juárez, los albergues están desbordados, y las familias se enfrentan a un panorama desolador. A menudo llegan con poco más que sus maletas y sus teléfonos, que ahora sólo muestran una notificación de cancelación.
Más allá de una herramienta
La desaparición de CBP One representa un retroceso en las políticas migratorias, pero también un golpe a la esperanza de miles de personas que soñaban con una vida mejor. Para muchas de ellas, la aplicación era más que un sistema; era su única opción para cruzar de manera segura.
El cierre abrupto de este programa resalta la complejidad de la crisis migratoria en la región, donde las políticas a menudo se diseñan sin considerar el impacto humano que generan. Las decisiones que afectan a los migrantes deben ir más allá de la contención y la seguridad: deben centrarse en soluciones que reconozcan la dignidad y los derechos de las personas.
Recordemos que la migración no debería ser tratada como un crimen, sino como un derecho de quienes buscan algo tan básico como la seguridad, el bienestar y la oportunidad de empezar de nuevo.
Deja un comentario