La mañana de este jueves, Culiacán se pintó de blanco con decenas de personas que salieron a las calles al grito de “¡Fuera Rocha!”. Con globos, pancartas y una fuerte dosis de indignación, las y los manifestantes exigieron justicia por el asesinato de Gael y Alexander, dos niños de 12 y 9 años, y su padre, Antonio de Jesús, quienes murieron en un ataque armado el fin de semana pasado.
¿Qué pasó con la familia Sarmiento?
El domingo 29 de enero, a la 1:00 a.m., la familia Sarmiento fue atacada a balazos por civiles armados, mientras viajaban en su camioneta. Los disparos no sólo arrebataron la vida del padre en el lugar, sino que también dejaron a sus dos hijos heridos de gravedad, quienes fallecieron en el hospital días después.
El ataque, según diferentes medios, fue producto de un intento de robo de vehículo, aunque el auto fue hallado abandonado frente al Hospital General. En el vehículo también iba el primo de los niños, Luis Adolfo, de 17 años, quien sigue luchando por su vida en el hospital.
Una ciudad de luto exige respuestas
La movilización comenzó en la escuela Sócrates, donde Alexander estudiaba. Padres, madres, maestras, maestros, y estudiantes caminaron hasta el Palacio de Gobierno, exigiendo justicia y un alto a la violencia. Durante el trayecto, gritaron frases como “¡A los niños no!”, “¡a los niños no!”, “¡justicia, justicia!”, “¡queremos paz!”.
Al llegar al Palacio, los manifestantes, visiblemente frustrados, irrumpieron en el recinto rompiendo cristales y grafiteando “¡Fuera Rocha!” en el suelo. Sin embargo, Rubén Rocha Moya, gobernador del estado, no se encontraba en el lugar.
Durante la protesta, los ciudadanos también arremetieron contra el gobernador y su partido, Morena, a quienes culpan por la crisis de violencia que vive Sinaloa desde hace varios meses. “¡Fuera Rocha!” y “¡Fuera Morena!” se escucharon con fuerza, dejando claro que las y los sinaloenses están cansados de la inseguridad y la falta de respuestas.
“Queremos un Culiacán seguro”
El director de la escuela Sócrates, Víctor Manuel Aispuro, explicó que la protesta busca mucho más que justicia por este caso: es un llamado urgente para devolver la paz a las calles de Culiacán.
“Queremos un Culiacán en el que se pueda transitar a cualquier hora. Si alguien circula con vidrios polarizados, que lo detengan; pero no sigan justificando lo que sucede”, declaró enfatizando que las y los niños no deben ser víctimas de la violencia, sino que el Estado tiene la obligación de protegerlos y garantizar su bienestar.
Culiacán pide justicia y un alto a la violencia
La marcha terminó frente al ayuntamiento, donde los manifestantes dejaron veladoras y una manta con los rostros de Gael, Alexander y Antonio de Jesús. Aunque el dolor es profundo, el mensaje fue claro: Sinaloa quiere paz, justicia y un gobierno que garantice la seguridad de su gente, especialmente de quienes son más vulnerables.
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