Gobierno lanza campaña “Aléjate de las drogas, el fentanilo te mata”: ¿no hay crisis por su consumo en México?

En medio de las amenazas de Trump sobre subir los aranceles, si México no “frena” la invasión de fentanilo y migrantes; y del rechazo al reportaje que The New York Times publicó sobre un supuesto laboratorio de fentanilo en Culiacán, el Gobierno de México lanzó con bombo y platillo la campaña “Aléjate de las drogas, el fentanilo te mata”, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum. 

Con trípticos, espectaculares, una miniserie televisiva y actividades en escuelas, el gobierno busca prevenir una crisis de consumo de fentanilo, como la que afecta a Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, las declaraciones de Sheinbaum durante su mañanera revelan una contradicción preocupante: asegura que el consumo de este opioide sintético “no es un problema en México”.

Una campaña contra el fentanilo sin datos sobre consumo de fentanilo

El gobierno justifica su campaña argumentando que México no enfrenta una crisis de fentanilo como la de Estados Unidos, pero ¿no será más bien que realmente no existen datos públicos que respalden o desmientan esta afirmación?

Desde 2017 no se realiza un levantamiento integral de información que contemple tendencias y patrones en el uso de sustancias nocivas. La Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT), que se realizaba cada cinco años, tendría que haber salido en 2022, sin embargó se canceló bajo el argumento de austeridad de Morena, y dejó un vacío crítico en el diagnóstico de salud pública relacionado con las drogas.

Actualmente, el único registro disponible es el informe “Demanda y oferta de fentanilo en México: generalidades y situación actual”, presentado en 2024 por la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama). Este documento reportó que los casos de atención por consumo de fentanilo aumentaron un 29% en 2023, a comparación del 2022, concentrándose principalmente en estados del norte como Baja California, Chihuahua y Sonora. 

Aunque estas cifras no representan una crisis nacional, sí reflejan un problema que existe y está en aumento. Ahora, el gobierno planea lanzar una campaña contra el fentanilo, pero sin información actualizada y sin un diagnóstico integral que mida y ofrezca datos claros sobre el consumo de fentanilo en México. 

Entonces ¿cómo pretende el gobierno abordar un problema que no reconoce plenamente ni comprende en su totalidad? Sin datos precisos, cualquier esfuerzo para combatir el consumo de fentanilo se convierte en una estrategia superficial, más orientada a la percepción pública que a resolver un problema de salud emergente.

¿Qué incluye la dichosa campaña?

El gobierno ha apostado por una estrategia que mezcla sensibilización con entretenimiento. Los trípticos distribuidos en las escuelas buscan informar a estudiantes y padres sobre los peligros del fentanilo, mientras que los torneos de box, según Sheinbaum, promueven alternativas saludables para los jóvenes en situación de riesgo. 

Por otro lado, la miniserie buscará difundir información sobre los orígenes del opioide, desde su uso farmacéutico hasta su fabricación de manera clandestina. También se planea organizar asambleas en escuelas secundarias y en planteles de educación media superior, para alertar de las consecuencias de las drogas. 

Además, se colocarán espectaculares en las principales ciudades del país con mensajes llamativos. Estas acciones buscan generar conciencia, pero hasta ahora carecen de sustento en diagnósticos claros sobre quiénes son las poblaciones más vulnerables o cuáles son las zonas de mayor riesgo.

Sheinbaum: entre el negacionismo y la prevención

En su discurso, Sheinbaum afirmó que en México no existe crisis de fentanilo. Sin embargo, esta afirmación parece más una estrategia para minimizar la situación que un esfuerzo por abordarla desde la prevención informada. 

Ciertamente los casos reportados hasta ahora son limitados, pero no contar con un sistema robusto de monitoreo del consumo de drogas dificulta evaluar la magnitud real del problema. Estas cifras podrían ser apenas la punta del iceberg en un país donde el consumo de drogas ha sido invisibilizado desde la administración pasada de AMLO, quien se negó a aceptar, aunque los “otros datos” siempre demostraron lo contrario.

Una campaña que necesita más que propaganda

El fentanilo, como problema emergente, requiere un abordaje serio que no se limite a espectaculares y trípticos. Es necesario reactivar instrumentos como la ENCODAT, garantizar transparencia en la información y, sobre todo, dejar de minimizar problemas que, aunque pequeños en este momento, podrían escalar rápidamente sin un manejo adecuado.


La prevención es fundamental, pero prevenir no debe ser sinónimo de negar. Porque seamos claros en algo: en nuestro país sí se consume droga y es un problema de salud pública. Reconocer la expansión del consumo de fentanilo en México no es únicamente un ejercicio de responsabilidad, sino también el primer paso para evitar una crisis mayor.


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