Óscares 2025: Una vez más, hombres dominan la categoría de Mejor Director

“Aquí están los nominados, son sólo hombres”. Esta icónica frase de Natalie Portman en los Globos de Oro 2018 sigue resonando como un eco incómodo. Ya se dio a conocer la lista de los nominados a los Oscars 2025, y aunque pensáramos que tras años de visibilidad y denuncias sobre la exclusión de las mujeres en la categoría de Mejor Director las cosas cambiarían, la realidad nos golpea nuevamente: sólo una mujer figura entre los nominados

Este patrón no es nuevo, pero sigue siendo alarmante. A pesar de las constantes críticas hacia la Academia y los esfuerzos de algunas cineastas por romper el techo de cristal en Hollywood, parece que la industria aún tiene un largo camino por recorrer para lograr una verdadera equidad. 

Confirmando una vez más que esta industria sigue siendo un club exclusivo de cineastas masculinos. ¿Sorprendente? No realmente. 

Un vistazo rápido a la historia: el premio que casi siempre es de ellos

En casi 100 años de historia de los Oscars, únicamente tres mujeres han ganado el premio a Mejor Dirección. Kathryn Bigelow fue la primera en 2010 con The Hurt Locker, una década tuvo que pasar para que Chloe Zhao (Nomadland, 2021) y Jane Campion (Power of the Dog, 2022) le siguieran sus pasos.

Pero después de estos momentos históricos, volvimos a la normalidad: mujeres desapareciendo de las nominaciones. En 2023, ni una sola directora fue considerada.

Aunque en 2024 el nombre de Justine Triet (por Anatomía de una caída) apareció entre las nominaciones, muchos lo interpretaron como un intento de la Academia de apagar las críticas del año anterior. Sin embargo, Triet no ganó, y las dudas sobre si fue nominada por su talento o para evitar un escándalo empañaron su reconocimiento.

Según las estadísticas desde 1927 hasta 2024, las directoras ganadoras de este premio sólo representan apenas el 3.09% mientras los hombres el 96.91% de los galardones otorgados en esta categoría. Esta desigualdad no solo refleja una falta de reconocimiento hacia el talento femenino, sino también un problema estructural dentro de la industria del cine, donde las oportunidades para las mujeres detrás de la cámara son significativamente menores.

El patrón que no se rompe

Un análisis de datos realizado por DW revela una realidad alarmante:

  • 97 % de los nominados a Mejor Dirección son hombres.
  • Tres de cada cuatro son estadounidenses.
  • Más de la mitad de las nominaciones recaen en un pequeño club de directores que repiten una y otra vez.

Para poner esto en contexto, directores como William Wyler tienen 12 nominaciones, Martin Scorsese y Billy Wilder, ocho cada uno, y Steven Spielberg no se queda atrás con siete. Este grupo selecto domina la industria, dejando poco espacio para nuevas voces, especialmente las femeninas.

Gabriel Rossman, sociólogo de UCLA, señala que esto no es casualidad. Aunque parte del éxito de estos hombres puede atribuirse a su talento, la mayor razón es que ellos tienen acceso a los mejores proyectos desde el inicio. Y esto crea un círculo vicioso donde sólo unos pocos siguen acumulando nominaciones y premios.

Las mujeres cineastas: talento hay, pero falta espacio

Que no haya más mujeres nominadas no significa que falten directoras talentosas. Películas como Portrait of a Lady on Fire de Céline Sciamma o Lady Bird de Greta Gerwig demostraron que el talento femenino puede brillar tanto como el masculino, si se le da la oportunidad.

Pero, como menciona la organización Women in Film, un Oscar no es sólo una estatuilla: “Es un acelerador de carrera que puede conducir a más trabajo y mejores salarios”.

La ausencia de mujeres en estas categorías las priva de reconocimiento y de oportunidades futuras.

¿Por qué importa esta desigualdad?

Las nominaciones también influyen directamente en la industria. Analistas de la Universidad Albert Ludwigs de Friburgo encontraron que las nominaciones a los Oscars pueden disparar la recaudación de taquilla y darle un impulso mediático enorme a las películas y sus equipos.
Esto significa que, al ignorar a las mujeres se les quita visibilidad y la posibilidad de obtener mayores presupuestos y mejores proyectos. La industria del cine tiene mucho que reflexionar, pero no parece querer cambiar mucho. A este paso, tal vez en 2026, Natalie Portman vuelva a decirlo.


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