Bebé abandonado en Tultitlán: Una tragedia que revela fallas sociales y morales

El abandono de un bebé recién nacido en calles de Tultitlán, Estado de México, ha causado indignación en todo el país. Este martes, Lucio “N”, un joven de 18 años, fue captado por cámaras de seguridad abandonando a su bebé dentro de una bolsa de plástico en la acera de la calle. Horas después, el video se viralizó y las redes exigieron justicia.

Lo que siguió fue aún más inesperado: la madre y el padre de Lucio lo entregaron a las autoridades, pero también se filtraron conversaciones de WhatsApp entre él y su novia, Diana, de 21 años y madre del recién nacido. En los mensajes, insiste en deshacerse de él, pidiendo que lo tire “en algún canal”. Lo que también demostró su culpabilidad en el crimen, ya que en un primer momento había declarado no tener conocimiento de lo que haría Lucio.

El bebé fue encontrado con vida y trasladado a un hospital, donde según las autoridades se encuentra estable. Mientras tanto, la justicia deberá determinar el futuro de Lucio y Diana, quienes ahora enfrentan las consecuencias de sus actos.

Más allá del crimen: ¿Qué nos dice este caso sobre nuestra sociedad?

El abandono de un recién nacido no es solo un delito, es un reflejo brutal de las fallas que seguimos arrastrando como sociedad. Lucio y Diana no son víctimas, son responsables de un acto inhumano, pero su historia nos obliga a mirar más allá del escándalo y preguntarnos: ¿cómo llegamos aquí?

Una juventud sin madurez

Con 18 y 21 años, Lucio y Diana son lo suficientemente conscientes para entender lo que estaban haciendo. Sin embargo, su conversación refleja un nivel alarmante de desconexión con la realidad

Tomar decisiones implica reflexionar sobre todas las consecuencias posibles y aceptar las responsabilidades que conllevan. Sin embargo, en su conversación, no hay espacio para la duda, la culpa o siquiera el reconocimiento de que estaban tratando con un recién nacido. 

Si bien es cierto que enfrentar un embarazo no planeado es aterrador, especialmente a una edad joven, hay una gran diferencia entre el miedo y la completa falta de responsabilidad. Ni Lucio ni Diana acudieron a familiares, instituciones o servicios médicos antes de tomar la decisión de abandonar al bebé. No hubo una búsqueda de alternativas. 

No pensaron en lo que pasaría si alguien encontraba al bebé, si moría en la calle, si los descubrieran. Su única prioridad era deshacerse de él lo más rápido posible. Si en su entorno han visto a personas evadiendo problemas en lugar de enfrentarlos, es posible que hayan aprendido a hacer lo mismo.

Sin embargo, nadie les obligó a abandonar a su bebé; ellos tomaron esa decisión y deben enfrentar las consecuencias.

Educación sexual deficiente: La raíz del problema

Diana parecía no entender su propio embarazo, el proceso del parto ni la existencia de alternativas como la entrega voluntaria del bebé a instituciones seguras. 

Este desconocimiento, tanto de Lucio como de Diana, puede deberse a que la educación sexual en muchas escuelas es superficial o inexistente, y a que en ciertos sectores aún se cree que hablar de estos temas “fomenta la promiscuidad”.

La educación sexual no se trata solo de decir “usa condón”, sino de preparar a las personas para tomar decisiones responsables sobre su cuerpo, su futuro y la vida de otros. De formar a jóvenes con conocimiento y herramientas para enfrentar la realidad. 

Un problema de salud pública

Casos como este ponen en evidencia la falta de acceso a servicios de salud reproductiva y apoyo para embarazos no planeados.

Además, el abandono infantil también está relacionado con la criminalización del aborto en varias partes de México. Cuando las personas no tienen opciones legales seguras, se ven forzadas a tomar decisiones desesperadas.

Aunque en algunos estados el aborto es legal, muchas mujeres enfrentan obstáculos como la falta de clínicas accesibles, el miedo al estigma social o la presión de sus familias. Esto hace que, incluso cuando la interrupción del embarazo es una opción, muchas jóvenes no la consideren viable.

Este caso no solo demuestra que los jóvenes necesitan información sobre cómo prevenir embarazos, sino que también requieren educación emocional, ética y sobre alternativas en caso de embarazos no deseados.

El acompañamiento psicológico durante y después del embarazo también es un tema importante. Sobre todo cuando se trata de mujeres jóvenes que no quieren ser madres. Si un embarazo es difícil y pesado mentalmente incluso cuando es deseado, la carga aumenta cuando se le obliga a una mujer a ser madre.

Justicia, pero también soluciones

Lucio y Diana deben enfrentar la justicia, porque nada justifica el abandono de un bebé indefenso. Sin embargo, si nos limitamos a castigarlos sin analizar el trasfondo, estamos condenados a repetir esta historia.

Este caso nos grita la urgencia de mejorar la educación sexual y fortalecer las redes de apoyo para jóvenes embarazadas. Pero, sobre todo, nos obliga a reflexionar sobre qué clase de sociedad estamos construyendo cuando dos jóvenes creen que la solución a un problema es meter a un bebé en una bolsa y dejarlo en la calle.

Si no cambiamos, este no será el último caso que nos indigne.


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