La extradición de 29 criminales desde México a Estados Unidos, incluidos los capos Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Treviño, fue una respuesta directa a la orden ejecutiva del presidente Donald Trump, que busca clasificar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, así lo confirmó el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Mano dura contra los cárteles
El fiscal general adjunto interino, Emil Bove, destacó que la acción refleja la postura de Trump de negociar “desde una posición de fuerza”. En el comunicado oficial, el Departamento de Justicia subrayó que las extradiciones se realizaron en cumplimiento de la Orden Ejecutiva 14157, emitida por Trump, la cual instruye a las agencias estadounidenses a tomar medidas más agresivas contra el crimen organizado transnacional.
El Departamento de Justicia señaló que muchos de estos acusados tenían solicitudes de extradición pendientes desde administraciones anteriores y que el gobierno de México decidió entregarlos en respuesta a las presiones de su país vecino.
Los fiscales estadounidenses ahora evaluarán si estos criminales pueden enfrentar cargos adicionales por terrorismo y violencia, según lo estipulado en la orden ejecutiva de Trump. Además, se analizará si en algunos casos es posible aplicar la pena de muerte, con base en la Orden Ejecutiva 14164, que restableció esta medida en Estados Unidos.
“Un momento personal para la DEA”
Uno de los extraditados más relevantes es Rafael Caro Quintero, señalado por el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en 1985. “Este es un momento personal para la DEA”, declaró el administrador interino Derek S. Maltz, subrayando que la captura y extradición del capo era una prioridad para las agencias de seguridad estadounidenses.
“Caro Quintero, un capo del cartel que desató la violencia, la destrucción y la muerte en los Estados Unidos y México, ha pasado cuatro décadas en la cima de la lista de fugitivos más buscados de la DEA, y hoy podemos decir con orgullo que ha llegado a los Estados Unidos, donde se hará justicia”.
La administración estadounidense dejó claro que estas extradiciones envían un mensaje contundente a los líderes del crimen organizado: “No importa cuánto tiempo lleve, no importa cuán lejos corran, la justicia los encontrará”, concluyó Maltz.
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