Hablar de corrupción en México no es nada nuevo, pero lo preocupante es que lejos de mejorar, la situación sigue empeorando. De acuerdo con el último Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2024, publicado por Transparencia Internacional y Transparencia Mexicana, nuestro país obtuvo una calificación de 26 puntos sobre 100.
Esto nos coloca en el puesto 140 de 180 naciones evaluadas. En otras palabras, estamos entre los países con mayor percepción de corrupción en el mundo. En tan solo dos años pasamos del puesto 126 al 140, suena muy malo ¿verdad? Es la realidad que vivimos.
México en el peor lugar de la OCDE y casi al fondo del G20
Si miramos cómo nos va en comparación con otras economías similares, los resultados no son nada alentadores. Entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México ocupa el lugar 38…del grupo de 38 economías, sí el último lugar.
Y si nos comparamos con los miembros del G20, solo Rusia está peor evaluada que nosotros, con una calificación de 22 puntos, pocos puntos son los que nos salvan de quedar de nuevo en último lugar.
Mientras Dinamarca, Finlandia y Singapur lideran el ranking con puntuaciones de entre 84 y 90, México comparte posiciones con países con instituciones debilitadas y altos niveles de impunidad, como Venezuela (10), Guatemala (25) y Honduras (22).
¿Por qué seguimos atrapados en la corrupción?
De acuerdo con el informe, existen cinco razones principales que explican la mala calificación de México:
1.- Incertidumbre en las reformas anticorrupción
Aunque se han propuesto cambios legales y estructurales para “mejorar la transparencia”, la falta de claridad sobre su aplicación ha generado dudas sobre su efectividad real.
2.- Impunidad en casos de alto perfil
Escándalos como Odebrecht, la Estafa Maestra y el caso Segalmex han sido ampliamente documentados, pero las sanciones han sido escasas o nulas. Aunque hay personas vinculadas a proceso, las sentencias siguen ausentes.
3.- Falta de sanciones administrativas
De las más de 3,300 responsabilidades administrativas investigadas desde 2017, solo el 8.4% han terminado en alguna clase de castigo. En otras palabras, la corrupción es castigada de manera simbólica.
4.- Corrupción y crimen organizado
Cada vez hay más evidencia de que el crimen organizado tiene nexos con gobiernos estatales y municipales. Esta relación contamina la política, la economía y la seguridad del país.
5.- Uso de empresas fantasma
A pesar de las promesas para eliminarlas, gobiernos de distintos niveles siguen contratando empresas fantasmas o controladas por el crimen organizado. Estas prácticas facilitan el lavado de dinero y la malversación de recursos públicos.
La corrupción, un cáncer
Más allá de los números y rankings, la corrupción se siente en la vida cotidiana de los mexicanos. Según datos del INEGI, en 2023 el 83% de la población consideraba que la corrupción es un problema “frecuente o muy frecuente”. Además, 6 de cada 10 ciudadanos admitieron haber sido víctimas de corrupción o extorsión policial en ese mismo año.
La realidad es clara, preocupante y desoladora, la corrupción en México daña la economía y el gobierno, pero también alimenta la desigualdad y la impunidad. Cada peso que se desvía en un soborno, cada contrato entregado a una empresa fantasma y cada favor político que se vende al mejor postor es un golpe directo a la educación, la salud y la seguridad del país.
La percepción de que no se está haciendo lo suficiente para combatir este problema es una señal de alerta que no podemos ignorar. ¿Cuándo veremos un verdadero cambio?
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