Estás tranquilo, disfrutando la vida, cuando de repente alguien suelta la temida frase: “¿Me puedes facturar?”. Y en ese instante, entras en pánico. ¿Facturar? ¿Eso no es cosa de adultos responsables con contador y traje?
Si sentiste que acabas de desbloquear un nuevo miedo en el mundo adulto y no tienes ni idea de qué hacer, respira. Entrar al mundo del SAT puede parecer un laberinto de números y términos raros, pero aquí te explicamos todo lo que tienes que saber sobre facturar sin que te explote la cabeza.
¿Qué es facturar y por qué te lo piden?
Facturar no es más que emitir un comprobante fiscal (o sea, un recibo oficial) que sirve para que una persona o empresa pueda deducir impuestos. En español: si vendiste algo o diste un servicio y te piden factura, significa que esa persona necesita justificar ese gasto ante el SAT. Básicamente, en el mundo financiero, si no hay factura, no existió.
“¡Pero yo no sé nada del SAT!” ¿Cómo facturar?
Al SAT no hay que tenerle miedo, hay que tenerle respeto. Así que no te preocupes, aquí va el proceso paso a paso para facturar sin morir en el intento:
1.- Tienes que estar dado de alta en el SAT
Si nunca has tenido que lidiar con impuestos, necesitas tu RFC (Registro Federal de Contribuyentes), es un trámite completamente gratuito. Recientemente, el SAT habilitó su página para sacarlo online, pero también puedes acudir a las oficinas, solo asegurate de:
- Agenda una cita en el SAT.
- Lleva tu INE, CURP y comprobante de domicilio.
- Te van a dar tu e.firma y contraseña, que vas a necesitar para todo lo relacionado con impuestos.
2.- Conoce tu régimen fiscal
El régimen fiscal es como el “tipo de cuenta” que el SAT te asigna según cómo ganas dinero y cómo debes pagar impuestos. Básicamente, define las reglas que aplican a tu situación económica.
Piensa en el SAT como un juego de roles: dependiendo de lo que hagas (si trabajas para alguien, si eres freelancer, si tienes un negocio), te ponen en un régimen fiscal diferente.
Si eres freelancer o vendes cosas de forma independiente (es decir tienes un emprendimiento de vender ternurines, un bazarcito de ropa, o cualquier cosa que vendas), lo más probable es que entres en el régimen de RIF o RESICO. Si trabajas para una empresa y además haces cosas por tu cuenta, puedes estar en el régimen de asalariados y actividad empresarial.
¿No sabes en qué régimen estás? Pregunta a un contador antes de cometer un error que te haga pagar más impuestos de los que debes.
3.- Usa una plataforma para hacer la factura
Puedes hacerla desde el portal del SAT (pero la interfaz parece sacada del 2005 y da miedo). También existen apps y plataformas que hacen el proceso más fácil, como Facturama o Contpaqi. Solo necesitas llenar los datos que te den (nombre, RFC, monto, concepto) y ¡pum!, ya tienes tu factura.
Evita estos errores clásicos de novato
- No facturar cuando te pagan. Si das un servicio y te pagan, pero luego te piden factura y no la haces, te puedes meter en problemas con el SAT.
- Poner mal el RFC. Suena tonto, pero un solo número mal y la factura no sirve.
- Olvidar que si facturas, tienes que declarar impuestos. Si emites una factura, el SAT asume que recibiste ese dinero y te toca pagar impuestos por ello.
Tips para que el SAT no te agarre en curva
- Si facturas poquito, no pagas tanto. En el régimen RESICO, por ejemplo, los impuestos pueden ser bajos.
- Si te empiezan a pedir muchas facturas, es hora de llevar un control. No esperes a que sea abril para descubrir que debes declarar y no tienes idea de cómo hacerlo.
- ¿Miedo al SAT? Consigue un contador o usa plataformas de facturación automática. No necesitas ser experto, pero sí tener a alguien que te ayude a no cometer errores costosos.
Recapitulemos los puntos más importantes, para que no se te pase nada. En resumen…
- Facturar es solo hacer un recibo oficial para alguien que lo necesita para impuestos.
- Para hacerlo necesitas tu RFC y estar dado de alta en el SAT.
- Puedes hacer las facturas desde el portal del SAT o apps más amigables.
- Si facturas, el SAT se entera de tu ingreso, así que lleva un control y declara tus impuestos a tiempo.
¿Tomaste nota? ¿Ya te pidieron tu primera factura? Tranqui, con esta guía ya tienes lo básico para no entrar en pánico y facturar.
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