En medio de una gira que agota boletos en todo el mundo, con Coldplay siendo una banda tan icónica, Chris Martin decidió compartir algo íntimo. Desde Hong Kong, sin escenario, sin luces, sin público, grabó un video y lo publicó en Instagram. En él, el vocalista de Coldplay habló directamente a la cámara con una calma que solo nace de quien ha aprendido a vivir con una herida: la depresión.
“Últimamente he notado que algunas personas, incluyéndome a mí, están luchando con la depresión. Así que quería contarles algunas cosas que me están ayudando… con la esperanza de que también les sirvan”, comienza el mensaje. Y, aunque lo dice con serenidad, no hay nada ligero en lo que cuenta.
Chris Martin lleva años conviviendo con esa sensación oscura y difusa que, a veces, se instala sin avisar. Una tristeza persistente, una especie de vacío emocional que, pese a lo que se podría pensar, ni la fama ni el éxito logran disipar.
Chris Martin comparte su lucha con la depresión y brinda estos consejos para combatirla
Chris compartió una serie de prácticas que ha adoptado con el tiempo, no como fórmulas mágicas, sino como pequeños salvavidas emocionales que ha aprendido a usar cuando las cosas se complican.
La primera: la escritura libre. Una técnica sencilla pero profundamente liberadora. Escribir durante doce minutos todo lo que pasa por tu cabeza, sin preocuparte por el orden ni la ortografía, solo dejar que salga. “Y luego, lo tiras o lo quemas. Es realmente bueno para ti”, dijo. Es un acto simbólico, pero poderoso: vaciar lo que duele, lo que pesa, lo que se calla.
La segunda: la meditación trascendental. Un espacio mental donde el ruido se detiene, donde por un momento no se exige nada. “Me da claridad y equilibrio”, explica. Se trata de respirar, de enfocar tu atención hacia a ti.
La tercera: un concepto menos conocido llamado propiocepción, basado en el movimiento corporal para reconectar con uno mismo. “Ayuda a equilibrar el cerebro”, dice Chris, destacando cómo este método le ha permitido sentirse nuevamente cómodo dentro de su cuerpo. También lo recomienda para personas con TDAH o autismo, pero en realidad puede ser útil para cualquiera que alguna vez se haya sentido desconectado de sí mismo.
“Ayuda a que las personas dejen de tensionarse, reconstruyan la confianza en su cuerpo y, finalmente, se sientan en casa dentro de sí mismas”.
Encontrar belleza en lo cotidiano
Además de estas prácticas, el cantante también compartió algunas cosas que lo reconectan con la alegría. Recomendó el libro The Oxygen Advantage, sobre técnicas de respiración que ayudan a reducir la ansiedad, el álbum Music For Psychedelic Therapy de Jon Hopkins, y la película Sing Sing, cuya música —dijo— “me hace muy feliz”.
Son esas pequeñas cosas que parecen insignificantes hasta que, un día, te salvan. Aunque a veces, algo tan simple como levantarse de la cama se sienta como una tortura, los pequeños actos que hacemos por nosotros mismos son los que nos dan razones para seguir esforzándonos.
La vulnerabilidad como acto de amor
Este no es un mensaje promocional ni parte de una campaña. Es un acto de vulnerabilidad. Chris Martin ya había hablado sobre sus batallas emocionales después de su separación de Gwyneth Paltrow en 2014. “Solía despertar cada mañana deprimido”, confesó en ese entonces. Y aunque con el tiempo ha aprendido a reconocer las señales, todavía hay días en los que —como dijo— se siente mal. Pero ahora tiene con qué enfrentarlo.
“Estas son algunas cosas que me ayudan a mantenerme agradecido y feliz de estar vivo. Espero que también les sirvan. Les mando mucho amor”.
Detrás del ídolo global hay un ser humano que también se siente roto a veces. Que también se cuestiona, que también necesita recordarse por qué quedarse. Y ese mensaje, compartido con sinceridad, es quizás uno de los más importantes que ha dado.
Porque a veces no basta con decir “todo va a estar bien”. A veces se necesita que alguien, como Chris, diga: “yo también me siento así, y esto es lo que me ha ayudado a seguir aquí”.
Y ese tipo de honestidad, cuando se vive con depresión, ansiedad y dolor, puede ser justo lo que nos hace falta para resistir un día más.
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