Justicia para Sara: brutal asesinato de una mujer trans en Colombia

Sara Millerey tenía 32 años. Era una mujer trans y colombiana. Hoy su nombre está en todas partes, pero no por algo que debería estar pasando: Sara fue brutalmente asesinada en un acto de odio que duele, indigna y que no podemos dejar pasar.

¿Qué le pasó a Sara Millerey?

La noche del viernes 4 de abril, un grupo de personas la golpeó violentamente hasta que le rompieron los brazos y las piernas. Luego, como si su vida no valiera nada, la arrojaron a una quebrada en Bello, Antioquia, con la intención de que muriera ahogada. Pero Sara, aún con el cuerpo quebrado, intentó sostenerse de unas ramas.

Alguien la grabó. Y ese video, que ahora circula por redes, muestra el momento exacto en que la violencia, el odio y la indiferencia se vuelven insoportables. Fue rescatada con vida, pero no aguantó mucho. Murió el domingo 6 de abril en el Hospital La María, en Medellín.

Todavía no detienen a los asesinos de Sara Millerey 

Las autoridades aún no tienen a nadie detenido. No se sabe quiénes fueron los agresores, ni por qué lo hicieron, aunque la respuesta está ahí, frente a todos: la transfobia mata. Y mata de formas crueles, como lo que vivió Sara.

La alcaldía de Bello ya anunció una recompensa de hasta 50 millones de pesos colombianos (unos 11.000 dólares) por información que lleve a los responsables. El caso también llegó hasta el Congreso, donde algunas legisladoras pidieron a los medios y al Estado que dejen de ignorar estos crímenes y los nombren como lo que son: transfeminicidios.

También se han convocado marchas en Medellín, Bogotá y otras ciudades, en memoria de Sara y como forma de exigir justicia.

Justicia para Sara y todas las identidades trans

El asesinato de Sara Millerey no puede ser tratada como un caso más. Fue un asesinato brutal, por su identidad, por existir en un país donde ser trans aún significa estar en riesgo. Su historia no debería haber terminado así.

Diversas organizaciones, como Caribe Afirmativo y Fundación Dos Latinas, se pronunciaron con fuerza. Denuncian que este no es un caso aislado. En lo que va del 2025, en Colombia han asesinado a 25 personas LGBTIQ+, y de esas, 15 eran personas trans. Lo de Sara no fue un hecho aislado. Fue parte de una violencia sistemática que ignora, margina y destruye vidas solo por existir de forma diferente.

En redes, la comunidad LGBTQI+ y sus aliadxs exigen que el asesinato de Sara no quede impune. Que la memoria de “La Millerey” no se borre. Que vivir siendo trans no sea una sentencia de muerte.


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