Katy Perry está de regreso y lo hizo como solo una estrella de su calibre puede hacerlo: con una gira mundial que arrancó en la Arena CDMX y que es tan ambiciosa como emotiva. The Lifetimes Tour no solo es un show, es una celebración futurista de todas las eras que la han convertido en uno de los íconos más potentes del pop.
México como punto de partida para The Lifetimes Tour
No todos los días una estrella de tal calibre decide comenzar su gira mundial en México. Pero Katy lo hizo. Desde las primeras horas del miércoles, la Arena CDMX era un desfile de nostalgia pop: fans con outfits de todas sus eras —desde One of the Boys hasta 143—, de su icónico show de medio tiempo del Super Bowl, pelucas de colores y mucho glitter. Era como entrar a un carnaval diseñado por y para KatyCats.
Pero lo que vimos en el escenario fue otra cosa. The Lifetimes Tour es una experiencia inmersiva que mezcla narrativa, visuales estilo videojuego postapocalíptico, y una Katy Perry androide que tiene que salvar el mundo.
Un concierto que se juega como videojuego
El show está dividido en niveles —literal—. Cada uno tiene una estética distinta, retos que cumplir, y hasta una mascota robótica: Kitty Bot. Katy, en su versión androide, recorre estos niveles mientras canta canciones que marcaron una generación. Desde “Hot N’ Cold” hasta “Woman’s World”, pasando por himnos como “Teenage Dream” y “I Kissed a Girl”.
La narrativa se apoya en visuales únicos que explican la misión de cada acto, y sí, hay un nivel final con jefe incluido.
Katy Perry, los fans y el momento más emotivo
Uno de los momentos más mágicos de la noche fue cuando Katy presentó el Nivel 3.5: Choose Your Own Adventure. Aquí, era el turno de una canción sorpresa, algo al estilo de lo que hizo Taylor Swift en The Eras Tour, eso sí, Katy supo darle su toque distintivo al involucrar más a los fan, pues por medio de un código QR ellos son los que eligen la canción sorpresa.
Esta vez tocó “Not Like the Movies”, un tema que no cantaba desde 2012, y luego vino “The One That Got Away”, que hizo llorar a más de uno (nos consta). Dos fans disfrazados de astronautas subieron al escenario para vivirlo de cerca. Imagínate estar ahí… inolvidable.
Katy voló…literalmente
Verdaderamente Katy canta, baila, sube plataformas, vuela, vuela y, otra vez, vuela en el escenario…literal. En el Nivel 3, titulado Nirvana, vemos a Katy volando sobre un campo de flores brillantes y colores vibrantes. Mientras tanto, suenan varios temas del álbum 143 y una versión EDM de “Wide Awake” que transforma por completo la vibra original de la canción. ¿Te imaginas poder decir “Katy voló sobre mí”? Algo que no cualquiera puede.
Katy también se tomó un momento para hablar directamente con el público: “¡Viva la México!” gritó con una sonrisa enorme. Y cuando los fans le respondieron con el ya típico “Katy, hermana, ya eres mexicana”, ella contestó entre risas: “En realidad, podría ser su tía… Soy la tía Katy”. ¿Cómo no amarla?
Un cierre épico con mariposas y fuegos artificiales
El clímax llegó con “Roar”, cuando Katy volvió a volar sobre una mariposa gigante. Y como si eso no fuera suficiente, cerró con “Firework”, mientras la Arena CDMX se convertía en un mar de luces, gritos y emoción pura. Una forma perfecta de decir: este show fue una celebración de su legado, sí, pero también una carta de amor a sus fans.
Tal vez no estemos ante la Katy Perry que dominaba los charts, pero estamos frente a una artista que sabe lo que vale, lo que ha dado, y que ha decidido disfrutarlo sin complejos. The Lifetimes Tour es la prueba de que Katy sigue brillando con fuerza. Y lo mejor de todo: decidió compartir ese renacer primero con México.
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