Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva del Senado y figura clave en el proceso para elegir a las nuevas caras del Poder Judicial, por fin admitió lo que muchos ya sospechaban: se les fue gente con historial cuestionable en las listas de candidatos a jueces, magistrados y hasta ministros.
Y no estamos hablando de cualquier “detalle menor”. Entre los perfiles seleccionados hay quienes han defendido legalmente a narcotraficantes y hasta liberado a presuntos miembros del crimen organizado. Como si eso no fuera suficiente, también hay aspirantes que han salido a respaldar públicamente a personajes como Naasón Joaquín García, el líder de la Luz del Mundo, condenado por abuso sexual en Estados Unidos.
Entonces, ¿por qué siguen en la contienda? Buena pregunta.
Noroña admite fallas en filtros con candidatos al Poder Judicial y sus nexos con el narco
Durante una conferencia tras el regreso a sesiones en el Senado, Noroña fue claro (aunque llegó tarde al chisme):
“Sí hemos detectado, por ejemplo, algunos defensores de narcotraficantes que están queriendo acceder, no deberían participar, no cumplen con la exigencia constitucional de probidad (…). Sería desafortunado que un defensor de narcos acreditado, o un juez que ha liberado a narcos acreditado con una conducta sistemática (puedan pasar)”.
Pero eso sí, el senador de Morena no se quedó con toda la culpa. Según él, el primer filtro lo pasó el Comité de Evaluación del Poder Judicial, aunque después de ese caos fue el mismo Senado quien se aventó la chamba de valorar las candidaturas. O sea, sí hubo fallas… pero no todas son suyas (según).
Y ahora que las campañas están corriendo y la presión hacia el INE crece, Noroña dice que es momento de retirar esas candidaturas antes de que llegue la elección.
“Entonces yo creo que debería ser antes de la elección cuando tomen esas determinaciones”, dijo, como si no llevaran meses con las alertas encendidas.
El detalle aquí es que el propio INE sí tiene facultades para quitar del camino a quien no cumpla con el requisito constitucional de tener buena reputación y actuar con probidad. Pero… ¿se atreverán?
Este episodio deja más que claro que el proceso de selección de jueces no solo es opaco, sino también sumamente vulnerable. Y que admitir errores meses después, cuando ya hay campañas, es como ponerle un curita a una fractura expuesta.
¿Cuántos de esos perfiles cuestionables van a seguir en carrera mientras la ciudadanía apenas se entera del tipo de candidatos que podrían decidir sobre la justicia del país? Y si en el Senado no hicieron bien la chamba, bueno, el chiste se cuenta solo.
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