En medio de un panorama económico donde todo se siente más caro, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público lanzó una declaración que ha dejado a más de uno con el ceño fruncido: “los hogares mexicanos tienen ahorros suficientes para enfrentar una recesión”.
Ajá, así como lo lees. Esto lo dijo nada más y nada menos que Rodrigo Mariscal, titular de la Unidad de Planeación Económica de Hacienda, durante una conferencia organizada por Americas Society, donde también aseguró que la economía mexicana no está en riesgo de entrar en recesión este 2025.
Todo esto mientras el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) revela que en abril la economía no creció nadita. Cero. Nada.
“Hay músculo económico”, dice Hacienda
Según Hacienda, las familias mexicanas están preparadas para lo peor gracias a varios factores: el aumento del salario mínimo (ok), la supuesta reducción en la informalidad laboral (meh) y una mejora en el empleo (¿seguro?).
Mariscal aseguró que: “incluso si hubiera una recesión, los hogares mexicanos ahorita tienen ahorros suficientes y su oferta de balance, por decirlo de alguna manera, está bastante fuerte para enfrentar esta situación”.
También remató diciendo que, según sus números, no han subido los precios de bienes y servicios.
Pero los pequeños comerciantes no están tan optimistas…
Aquí es cuando entra la realidad alternativa que viven quienes tienen una tiendita, un puesto de tacos o simplemente hacen las compras semanales: la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) no comparte para nada ese optimismo institucional.
Según su último sondeo realizado entre el 12 y el 14 de mayo, el Paquete contra la Inflación y la Carestía (Pacic) —sí, ese que según AMLO iba a controlar los precios— no ha servido. Los comerciantes y consumidores que participaron en la encuesta coinciden: los precios sí han subido, el dinero no rinde y cada vez alcanza menos.
“La presión sobre los ingresos familiares sigue creciendo”, señaló tajantemente la Anpec, desmintiendo por completo la versión de Hacienda.
¿Y entonces quién tiene razón?
Lo que queda claro es que mientras en las oficinas de Hacienda las gráficas se ven verdes y esperanzadoras, en la vida real las matemáticas no cuadran. Porque una cosa es tener una visión macroeconómica (de esas que hablan de PIB, tasas y balances), y otra muy diferente es la que se ve en el mercado cuando decides llevar aguacate, jitomate, arroz y un sobrecito de café y ya te gastaste medio salario.
¿Hay familias con ahorros? Claro, las hay. ¿Pero suficientes para enfrentar una recesión? Esa ya es otra historia. Lo que muchos viven día a día es un equilibrio complicado entre pagar la renta y demás servicios básicos, llenar la despensa, y si sobra quizá gastar algo en entretenimiento. Mientras tanto, el gobierno sigue apostando por su narrativa de que “todo va bien”.
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