Papa León XIV: su postura firme por una Iglesia más vertical y doctrinal

León XIV llegó con una idea muy clara de lo que quiere para el Vaticano: una liturgia más solemne, más tradicional, más vertical. O sea, menos “Iglesia del pueblo” y más “Iglesia desde Roma”. Sin embargo, ese plan no es sencillo en una institución que, gracias a Francisco, apenas empezaba a abrirse a formas de expresión más participativas, horizontales y cercanas a la gente.

De regreso a los signos del poder papal

Una de las primeras señales de este cambio fue su decisión de volver a vivir en los apartamentos pontificios del Palacio Apostólico, abandonados desde 2013, cuando Francisco optó por la residencia de Santa Marta. La elección de León XIV no es menor: asume a plenitud lo que representa el Vaticano como símbolo, incluso si eso lo aleja de una imagen más cercana al pueblo.

Y esto va más allá de dónde duerme el Papa. Los observadores más atentos ya notaron que León XIV quiere recuperar el peso simbólico y sacral del papado. Para él, la liturgia no es solo una ceremonia: es una forma de transmitir la verdad y trascendencia divina. Algo muy distinto al enfoque de Francisco, que veía en la liturgia un vehículo para estar cerca del pueblo.

Una Iglesia entre el pasado y el futuro

Pero este giro hacia lo tradicional no llega en un momento cualquiera. León XIV hereda una curia vaticana desgastada, dividida por las reformas inconclusas de Francisco. 

Y enfrenta retos enormes como: dar continuidad a la modernización administrativa sin romper con lo que ya se avanzó, transparentar las finanzas del Vaticano (que arrastra un déficit de casi 2 mil millones de euros por compromisos en seguridad social), e integrar la diversidad cultural de los católicos del mundo sin imponer una teología 100% occidental desde Roma.

Eso sin contar que el nuevo Papa quiere tener un liderazgo moral universal en un mundo profundamente polarizado, donde los discursos religiosos ya no tienen el mismo eco de antes. Una tarea enorme.

¿Continuidad o ruptura con Francisco?

Muchos dentro de la Iglesia lo ven como un complemento al pontificado anterior. Otros creen que representa un giro completo en lo litúrgico, doctrinal e incluso político. Pero también hay voces que temen que esto signifique menos espacio para el diálogo y más control desde Roma.

En sus años como obispo en Perú, el Papa se mostró crítico con temas como la ideología de género, la ordenación de mujeres al sacerdocio o los modelos familiares alternativos. Incluso dijo que la aplicación de documentos como Fiducia Supplicans (que abría el diálogo con parejas del mismo sexo) “no va a funcionar” en muchas realidades culturales.

Aunque todo apunta a que León XIV buscará viajar y mantener el perfil global del pontífice —al estilo de Juan Pablo II—, también hay señales claras de que su prioridad será restablecer la centralidad de Roma como guía espiritual del catolicismo. Esto implica una Iglesia más unificada en doctrina, pero quizás menos abierta a los matices culturales y sociales del mundo actual.


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