Aunque desde el oficialismo la elección de jueces y magistrados se vende como una victoria democrática, no todos lo ven así. El ministro de la Suprema Corte, Javier Laynez Potisek, fue claro en su postura: la reforma judicial que impulsó Morena no beneficia ni siquiera al gobierno de Claudia Sheinbaum.
En entrevista con Proceso, el ministro Laynez lanzó una crítica al esquema de elección de jueces por voto popular, lejos de fortalecer la justicia, abre la puerta al control político del Poder Judicial, y con ello, a una mayor incertidumbre legal.
Elección judicial: un riesgo para la estabilidad jurídica
Para Laynez, el gran problema no es que se vote por jueces, sino lo que eso representa: una pérdida de independencia judicial y un riesgo para la estabilidad jurídica del país. Según su análisis, ni el gobierno federal, encabezado por Sheinbaum, sale ganando, ya que la falta de certeza puede espantar la inversión y complicar aún más el panorama institucional.
Y si ya esto suena fuerte, Laynez va más allá al advertir que el esquema podría terminar en manos del ministro en retiro Arturo Zaldívar, a quien ve como un “caballo de Troya” de Morena dentro del Poder Judicial.
Además, aprovechó para recordar que Zaldívar dejó su cargo en la Suprema Corte de forma anticipada e “inconstitucional” para sumarse al proyecto político del partido en el poder.
Desde entonces, dijo, la Corte —encabezada por la ministra Norma Piña— ha estado bajo presión constante. Aun así, reconoce que por mucho tiempo guardaron silencio ante los ataques desde Palacio Nacional.
Una reforma con más preguntas que respuestas
Para Laynez, que llegó a la SCJN en 2015 y ha trabajado tanto con gobiernos del PRI como del PAN, esta reforma judicial distorsiona la impartición de justicia y puede tener efectos profundos a mediano plazo. Aunque el proceso de elección se completará hasta 2027, considera que el daño a la independencia ya está hecho.
También recordó que los mecanismos como la acción de inconstitucionalidad o la controversia constitucional —creados tras el fin del viejo régimen priista— se pensaron precisamente para que el Poder Judicial actuara como contrapeso del poder político, no como parte de él.
Mientras tanto, la elección judicial de este domingo dejó una participación bajísima y millones de boletas sin usar. Pero eso ya es otra historia.
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