E.L.F., el fandom de Super Junior, lo logró y podría cambiar la industria de los conciertos para siempre

Estamos siendo testigos de un boicot histórico que podría cambiar para siempre la manera en la que conocemos la industria de conciertos en México. Como siempre hemos defendido: las fangirls cambian al mundo. Y ahora lo vemos con las fans de Super Junior, mejor conocidas como E.L.F., quienes organizaron un boicot legal, presionaron a una de las promotoras más grandes del país, y pusieron sobre la mesa un tema que nos afecta a todos como consumidores.

Porque sí, esta vez no se trata solo de boletos para un concierto. E.L.F. está exigiendo transparencia, legalidad y un trato digno, y con eso, podrían marcar un antes y un después en la industria.

OCESA publicó los precios… pero no cumplió

Luego de varios días de presión por parte del fandom, OCESA K-pop finalmente publicó los precios y el mapa para los conciertos del Super Show 10 de Super Junior en Ciudad de México y Monterrey. Los precios rondan entre los 960 y 3 mil 300 pesos sin cargos, mientras que el paquete VIP tiene un costo de 7 mil 972 pesos.

Peeero, aunque con esto se podría pensar que el caso estaba cerrado, para las fans no fue así. Dejaron en claro que la información sigue incompleta y no cumplía con lo que estaban exigiendo desde el principio.

El boicot sigue: #ELF_NO_COMPRA

Como OCESA no cumplió con lo solicitado, el boicot continúa. Bajo el hashtag #ELF_NO_COMPRA, miles de fans anunciaron que no comprarán boletos.

La promotora no incluyó los cargos por servicio, tampoco desglosó el IVA, es decir no explicó claramente los precios finales. Además, publicó todo fuera del plazo que las fans habían solicitado. Y aunque parezca algo menor, no lo es. Todo esto va contra lo que dice la Ley Federal de Protección al Consumidor, como mencionan las fans, quienes siguen demostrando organización, conocimiento y fuerza.

¿Por qué el fandom de Super Junior podría cambiar la industria de los conciertos?

Si organismos como Profeco intervienen y se pronuncian a favor del fandom, podríamos estar frente a un cambio histórico. Las promotoras ya no podrían jugar con la desinformación. Tendrían que dar precios claros, evitar cargos escondidos y publicar toda la información antes de comenzar la venta.

Esto no solo beneficiaría al fandom de Super Junior. Abriría la puerta para que cualquier persona que compra boletos para conciertos, festivales o cualquier evento masivo pueda exigir lo mismo: claridad, transparencia y precios justos.

ELF: más que un fandom, una comunidad organizada

No solo tienen historia como uno de los fandoms más antiguos del K-pop, sino que esta no es la primera vez que demuestran su capacidad para organizarse. En 2022 lograron que un evento fuera reubicado a un lugar más grande por razones de seguridad, gracias a la presión que ejercieron. Y durante 2023 y 2024 se mantuvieron advirtiendo a otras comunidades de fans sobre las prácticas dañinas de la empresa Music Vibe.

Pero esta vez, su lucha es todavía más importante porque afecta directamente a los derechos de todos los consumidores en México. No están luchando solo por ver a Super Junior. Están luchando para que no nos sigan vendiendo boletos con trampas, tarifas dinámicas y precios elevados.

Urge regularizar boleteras y promotoras en México

E.L.F. expuso el grave problema de fondo: la falta de regulación en la industria de la boletería en México. Empresas como OCESA y Ticketmaster operan como un monopolio que se beneficia de la especulación, la opacidad y las dinámicas abusivas, vendiendo boletos sin precios finales claros, con cargos sorpresa y presionando al consumidor a comprar en segundos sin información completa. 

Las fans no piden boletos gratis ni privilegios, sino algo que todos merecemos: transparencia, legalidad y respeto como consumidores.

Con su movimiento #ELF_NO_COMPRA y #OCESA_OUT, están demostrando que sí se puede organizar una resistencia legal y efectiva. Cómo una comunidad informada puede usar la Ley Federal de Protección al Consumidor para frenar abusos y presionar a las promotoras a rendir cuentas

Esto va más allá del K-pop

E.L.F. está demostrando el poder que tiene un fandom y no son un grupo de fans que se dejan manipular. Son personas informadas, organizadas y decididas a hacer valer sus derechos. Y si ganan esta batalla, van a sentar un precedente que podría cambiar para siempre cómo se hacen las preventas, cómo se manejan los precios y cómo se nos trata como público.

Si logran que la industria escuche y se modifique, E.L.F. no solo habrá ganado una batalla. Habrá ganado la guerra por los derechos del consumidor en el mundo del entretenimiento. Hoy, gracias a ellas, la conversación ya no es solo sobre conciertos, sino sobre el derecho a un trato justo en cualquier experiencia cultural o de entretenimiento.


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