Las declaraciones de Chicharito y el peligro de romantizar el machismo

¿Alguien puede recordarle a Chicharito que estamos en 2025? Porque el futbolista mexicano decidió subir varios post a su Instagram que parece sacado de un manual vintage de “cómo ser machista”. Literal casi casi que dijo: imaginemos cosas machistas, estilo roles de género del siglo pasado, pero empaquetado en forma de “energías” masculina y femenina.

“Fracaso femenino”: un concepto irresponsable y peligroso

En su publicación, Chicharito afirma que “las mujeres están fracasando” por querer erradicar la masculinidad, y que eso ha llevado a una sociedad “hipersensible”. Bajo el pretexto de recuperar lo que él llama “energía masculina y femenina”, propone que las mujeres deberían volver a “nutrir, recibir, limpiar y sostener el hogar”, mientras los hombres deben ser los proveedores y protectores. 

Su idea de “permitirse ser lideradas por un hombre que quiere verlas felices” no solo resulta obsoleta, sino que refuerza un modelo desigual de relaciones de género que muchas generaciones han trabajado por desmontar.

Su discurso, aunque disfrazado de una supuesta búsqueda de equilibrio, reproduce una narrativa patriarcal que asocia el valor de la mujer exclusivamente con su rol doméstico y emocional. Es un planteamiento que reduce a las mujeres a su utilidad dentro del hogar, ignorando sus derechos, autonomía, ambiciones profesionales y aportes en todos los ámbitos de la sociedad.

Además, presenta a los hombres como víctimas de una masculinidad “cancelada” por los cambios sociales, cuando en realidad lo que se está exigiendo desde muchos frentes es una masculinidad más consciente, empática y libre de violencia. Hablar de “fracaso femenino” por cuestionar estos roles tradicionales no es solo irresponsable: es peligroso. 

Alimenta una retórica que ha servido históricamente para limitar los derechos de las mujeres y justificar su subordinación.

No existen las “energías” masculinas ni femeninas

Frases como “el hogar no es patriarcado, es tu templo” o “entonces… quieres a un hombre proveedor, pero para ti limpiar es opresión patriarcal” minimizan las verdaderas críticas del feminismo contemporáneo, que no rechaza los cuidados ni el amor, sino la imposición de esos roles como destino inevitable para las mujeres. 

Nadie está peleado con cuidar o amar, lo que se critica es que ese trabajo emocional y doméstico siga recayendo casi exclusivamente en ellas, muchas veces sin reconocimiento ni reciprocidad.

El problema no es que Chicharito hable desde sus creencias personales o busque reflexionar sobre la vida en pareja. El problema es que lo haga desde una posición de poder y visibilidad, lanzando mensajes que validan ideas nocivas bajo un barniz de espiritualidad “moderna”. Con millones de seguidores, sus palabras no se quedan solo en una opinión: tienen impacto. Y por eso, la responsabilidad es mayor.


Este episodio no es aislado. Forma parte de una tendencia creciente entre ciertas figuras públicas —especialmente hombres— de romantizar el machismo con frases bonitas, apelando a un supuesto orden natural de las cosas que simplemente ya no tiene lugar en nuestra sociedad.


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