El senador Luis Armando Melgar, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), rompió el silencio tras la polémica que desató un video donde aparece de vacaciones en Londres, Inglaterra. En la grabación, se le ve compartiendo un puro con otra persona, lo que generó duras críticas en redes sociales y medios de comunicación.
Sin embargo, el legislador no sólo defendió su derecho a vacacionar, sino que acusó al partido Morena de estar detrás de una campaña mediática para desprestigiarlo, con el objetivo de desviar la atención de casos de corrupción al interior del oficialismo.
“Mi vida privada no se paga con dinero público”: Melgar
A través de sus redes sociales, Melgar aseguró que su estilo de vida no está financiado por recursos del erario. “El producto de mi trabajo en el sector privado me permite tomar vacaciones con mi propio patrimonio y regalarle puros a quien yo quiera”, expresó.
Además, estableció una diferencia clara entre su comportamiento y el de algunos integrantes del movimiento de la 4T, a quienes acusó de utilizar dinero público para financiar sus propios lujos.
Melgar lanza acusaciones contra el famoso “Grupo Tabasco”
En su mensaje, señaló directamente a figuras del llamado “Grupo Tabasco”, al que pertenecen políticos como Adán Augusto López y Javier May. Acusó que este bloque, que también ha tenido influencia en Chiapas, ha “robado a más no poder”.
También arremetió contra el exgobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, a quien llamó “rata”, junto con el resto del grupo político que, según él, saqueó al estado durante seis años.
¿Se fractura la alianza entre PVEM y Morena?
Aunque aún no ha confirmado un rompimiento con la bancada oficialista, la postura crítica de Melgar marca una posible fisura en la alianza entre el Partido Verde y Morena.
Más allá del escándalo, la disputa cobra relevancia por una razón clave: Luis Armando Melgar es un voto crucial para que el bloque oficialista conserve la mayoría calificada en el Senado. Actualmente, Morena y sus aliados suman 87 senadores; si Melgar se separara del grupo, esa cifra bajaría a 86, justo el mínimo necesario para aprobar reformas constitucionales y nombramientos clave.
De mantenerse las tensiones, podría tener consecuencias políticas en la toma de decisiones del próximo periodo legislativo.
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