Sheinbaum defiende a Adán Augusto y pide no hacer “linchamientos mediáticos” por caso Bermúdez

En su mañanera de este lunes, Claudia Sheinbaum se lanzó contra quienes han señalado al morenista Adán Augusto López por su relación con Hernán Bermúdez Requena, su exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco hoy prófugo y acusado de tener nexos con el grupo criminal La Barredora.

Pero lejos de exigir respuestas claras o deslindar responsabilidades políticas, Sheinbaum pidió “no caer en linchamientos mediáticos” y aseguró que hasta ahora no hay pruebas contra el exgobernador tabasqueño. ¿El clásico “si no hay pruebas, no pasa nada”? Pues sí, suena a eso.

“Si hay algo contra él, no vamos a cubrir”: Sheinbaum sobre Adán Augusto López

“No vamos a encubrir a nadie, ni nosotros ni la Fiscalía… pero tiene que haber pruebas”, dijo Sheinbaum, mientras dejaba claro que en sus reuniones semanales con líderes de Morena, que son todos los lunes en Palacio Nacional, solo se habla de “temas legislativos”.

Aunque intentó marcar distancia del caso Bermúdez, Sheinbaum no escondió su incomodidad con las críticas, sobre todo en redes sociales, donde cada vez más voces piden explicaciones por el nombramiento de funcionarios con historiales cuestionables. Y sí, muchos comparan lo de Bermúdez con el caso García Luna —pero según la presidenta, eso es distinto porque aquí ya hay orden de aprehensión. ¿Y eso lo hace mejor?

“A ver, yo creo que lo importante aquí es lo siguiente, y además para que se vea la diferencia. En este caso, esta persona que fue secretario de Seguridad Pública del Estado de Tabasco, es investigado y tiene una orden de aprehensión por la Fiscalía General de la República. Muy distinto a otros casos donde, por ejemplo, García Luna fue en Estados Unidos. Aquí de inmediato, cuando hubo conocimiento de vínculos, se abre la carpeta de investigación y la orden de aprehensión. Eso es lo primero, ya hay una diferencia”.

Lo que no dijo es por qué Adán Augusto, quien fue jefe directo de Bermúdez durante su gestión en Tabasco, sigue sin aparecer (sin contar su reaparición en X). 
Pero en serio, ¿cómo se puede hablar de transformación cuando las redes de complicidad siguen intactas y se prefiere minimizar el tema antes que investigarlo a fondo? Porque si la idea es diferenciarse del pasado, el silencio (o el “no hay pruebas”) no ayuda mucho.


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