Nos dieron moda, coreografía, rostro y mucho más que una campaña enfocada en el estilismo físico y una narrativa llena de clasismo, eugenesia y retórica racista. Así fue como la campaña de Katseye demostró la otra cara de una estrategia de publicidad sin aires de grandeza, sin necesidad de agradecer los “buenos genes”.
La importante empresa textil de origen estadounidense lanzó una nueva campaña para la temporada de otoño 2025, en donde sus protagonistas ofrecieron más que una propuesta de estilo en mezclilla. Nos entregaron una narrativa con diversidad cultural que pone sobre la mesa el tema de la representación y los valores socioculturales en Estados Unidos.
Campañas que van más allá de solo ser publicidad: generan discursos con distintas connotaciones
Recientemente American Eagle, una de las marcas de jeans más conocidas alrededor del mundo, lanzó una colaboración con la actriz Sydney Sweeney para la colección de mezclilla en la temporada de otoño 2025. American Eagle apostó por una estrategia de campaña en la que su principal modelo fuera una mujer que, según la marca, representa “los buenos genes”.
Esta estrategia de publicidad va más allá de ser solo un discurso de moda: genera una narrativa que, en palabras del director de marketing de la empresa, toca fibras sensibles al abordar un lenguaje ingenioso y provocativo que pone en debate los temas de raza y estándares de belleza occidental, lo que generó descontento en gran parte del público.
¿La respuesta de GAP? KATSEYE y la multiculturalidad
GAP, por su parte, también aprovechó el mes de agosto para lanzar su más reciente campaña, “Better in Denim”, para la temporada de otoño, en donde hizo uso de un lenguaje auténtico y culturalmente relevante para conectar con nuevas audiencias. Esto no solo representa una estrategia de marca para la empresa, sino que también celebra el denim como símbolo atemporal de estilo y autoexpresión.
La campaña estuvo a cargo del grupo de pop global femenino KATSEYE, que además de transmitir una mirada fresca y juvenil, refleja la inclusión y el respeto por la diversidad cultural, aportando una visión artística que refuerza el carácter multicultural sin necesidad de tocar temas políticos o sexualizar la figura femenina.
Dos campañas totalmente diferentes, pero lo que sí podemos decir es que cada una mantiene y genera sentimientos que se sobreponen sobre distintas visiones y pensamientos políticos y culturales. Esto provoca controversia no solo por lo incómodo que puede resultar el pensamiento de la extrema derecha, sino también porque genera debate sobre cómo los problemas o desventajas sociales pueden convertirse en campañas de publicidad que se promocionan por todos lados.
El otro lado de los anuncios y sus estrategias actuales de publicidad
El tema no deja de ser relevante porque marcas como American Eagle o GAP, con gran influencia en la moda en todo el mundo, son tan solo una pequeña muestra de cómo las campañas buscan impactar en la vida de sus compradores y, más allá de eso, cómo se está generando una adopción cultural sobre lo que se considera bueno y aceptable para los estándares y el bien de la sociedad, frente a lo que no es bien visto ni permitido para el bien común. Esto termina representando perfección, represión y un falso sentimiento de libertad y autoaceptación.
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