Antes de negociar con la oposición, Morena tiene que poner orden en casa. Así lo reconoció Ricardo Monreal, coordinador de la bancada en San Lázaro, quien admitió que la reforma electoral impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum no podrá avanzar si primero no se logra un acuerdo con sus propios aliados: el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT).
Y es que, a pesar del poder legislativo que Morena obtuvo en las últimas elecciones, las reformas constitucionales requieren una mayoría calificada. Y sin el respaldo total del bloque oficialista, la ambiciosa reforma electoral de Sheinbaum simplemente no tiene futuro.
Noroña pone el dedo en la llaga: falta proyecto
El senador Gerardo Fernández Noroña fue aún más directo. En su opinión, la coalición gobernante debe construir un nuevo proyecto desde cero si quiere tener alguna posibilidad de avanzar en la modificación del sistema electoral.
Además, advirtió que será difícil convencer a los partidos aliados de modificar las reglas del juego con las que llegaron al poder. El dilema está servido: ¿cómo impulsar una reforma profunda sin incomodar a quienes se beneficiaron del sistema actual?
Representación proporcional: intocable… por ahora
Uno de los temas más sensibles es la figura de la representación proporcional, que permite a las fuerzas políticas con menor votación tener presencia en el Congreso. Aunque hay voces que han propuesto eliminarla, Monreal descartó esa posibilidad, asegurando que es necesaria para garantizar la pluralidad política del país.
¿Reforma a fondo?
Fernández Noroña planteó que, si en verdad se quiere una transformación del sistema electoral, se deben incluir temas de fondo: fortalecer los procesos democráticos, revisar el papel del Instituto Nacional Electoral (INE), reducir el dinero destinado a los partidos y asegurar la representación de las minorías.
Sin embargo, esas propuestas podrían generar fricciones no solo con la oposición, sino también con los propios aliados, que han mostrado reservas sobre ciertos puntos. Y sin su apoyo, Morena no podrá tocar la Constitución.
Una reforma que aún no nace… y ya está en crisis
La reforma electoral de Sheinbaum está en su etapa más temprana, pero ya enfrenta su primera gran prueba: lograr la unidad interna. Antes de abrir la discusión con otros partidos, Morena tendrá que convencer al Verde y al PT de que el nuevo sistema electoral no los dejará fuera.
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