Te hemos contado sobre las mejores series y películas de terror para estos días de Halloween y Día de Muertos, pero, como bien dice el dicho, hay que tenerle más miedo a los vivos que a los muertos, y un claro ejemplo de ello es el famoso Ghosting Scam, un término que se utiliza para describir el robo de identidad, en donde ni los muertos están exentos de ser víctimas de este delito.
En México, una encuesta por parte de Norton, empresa de seguridad de software, reveló que en los últimos años aproximadamente el 40% de las personas que han usado alguna aplicación para citas han sido objeto de una estafa, cifras que fueron confirmadas por el INEGI, al señalar que durante 2023 hubo una tasa de 6 mil 962 fraudes por cada 100 mil habitantes en el país.

El muerto al hoyo y el vivo al gozo: el robo de identidad no respeta ni a los muertos
Mientras México se prepara para celebrar el Día de Muertos con sus altares, ofrendas y visitas a las tumbas de sus seres queridos, otros aprovechan para pasarse de vivos y no dejar descansar en paz a los que ya no están entre nosotros. El ghosting scam es más común de lo que crees, y sobre todo, es un delito tan silencioso que muchas veces ni nos damos cuenta de que existía este término.
Traducido al español como “fraude fantasma”, es un término que se utiliza para describir una forma de robo de identidad en la que los perpetradores se hacen pasar digitalmente por una persona fallecida para obtener ganancias financieras a través de diferentes estrategias y el uso de plataformas digitales para pasar desapercibidos.

De acuerdo con la empresa de ciberseguridad ESET, los delincuentes reviven perfiles digitales de personas fallecidas para implantarlos en redes sociales, abrir cuentas bancarias, solicitar préstamos vía internet o solicitar el reembolso de sus impuestos.
Datos proporcionados por el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México informaron que durante los primeros diez meses del 2023 se registraron más de mil 600 casos de robo de identidad, un crecimiento del 218% respecto al año anterior, y es muy probable que actualmente estas cifras ya hayan sido rebasadas.
No se han levantado entre los muertos, solo se trata de una resurrección digital
El modus operandi de estos delincuentes es muy sencillo. Al no tener nadie que de manera directa pueda sospechar sobre el uso de su identidad, los estafadores acuden a las redes sociales del fallecido para, primeramente, obtener sus datos personales y de ahí poder acceder de manera más fácil a correos electrónicos, historiales médicos y registros fiscales que los ayudan a crear una “cuenta fantasma”.

Una vez que los delincuentes tienen en su poder este tipo de cuentas, las utilizan para enviar enlaces falsos o incluso manipular conversaciones en WhatsApp, en donde el año pasado el robo de cuentas de esta aplicación aumentó un 672% entre los primeros meses del año. Estas acciones pueden dejarles ganancias que van desde los mil hasta los cinco mil pesos por víctima, sin mencionar el daño emocional a sus familiares y la reputación digital de la persona fallecida.
En México, los trámites post mortem pueden llegar a ser demasiado lentos en algunos estados de la República, sobre todo en las zonas rurales, en donde las organizaciones encargadas de este tipo de gestiones no cuentan con una estructura digital lo suficientemente rápida y eficiente para que la identidad registrada del ciudadano sea dada de baja de manera inmediata, lo que le facilita el trabajo a los delincuentes que cometen este tipo de delitos.
Mitos sobre la ciberseguridad, un delito del que nadie está a salvo
Aunque el término Ghosting Scam hace principal referencia al robo de identidad de personas fallecidas, déjame decirte que, aun estando vivito y coleando, puedes ser víctima de este tipo de situaciones. Incluso muchas de estas personas no se dan cuenta al instante de que han sido víctimas de un engaño digital o robo de su información, lo hacen hasta que pasan días, semanas o hasta meses.
En base a esto, te traemos algunos mitos sobre la ciberseguridad que solo fomentan que las personas caigan en manos de este tipo de estafas, sin medir las consecuencias tan graves que tiene el hecho de no proteger o encriptar adecuadamente su información en la web.

1.- “No soy objetivo, porque no tengo nada de valor”. Aunque no lo creas, para este tipo de delincuentes cualquier peso en tu cuenta de ahorro o incluso cualquier información confidencial y personal puede ser de gran utilidad para ser víctima de extorsión o clonación de tarjetas. Así que la próxima vez que pienses esto, detente a reflexionar unos segundos más y pregúntate: ¿realmente no tienes nada de valor en tu celular?
2.- “Mi celular es iPhone, a estos no les entran los virus”. Si bien es cierto que hay sistemas operativos más seguros que otros, la realidad es que hoy en día existen aplicaciones y softwares con inteligencia artificial capaces de vulnerar una gran variedad de antivirus, sea cual sea la aplicación o sistema operativo. Infórmate sobre cómo detectar páginas y links falsos para evitar el robo de identidad y no caigas en la ignorancia.
3.- “Mis contraseñas son seguras y están súper difíciles”. Sea cual sea tu contraseña y el número de caracteres que tenga, hoy en día ya no basta con solo una contraseña “difícil”. Aprende a usar y activar los procesos de verificación en cada una de tus cuentas y evita usar las mismas contraseñas en diferentes aplicaciones o plataformas. Administra tus accesos y no confíes demasiado en el sistema.

4.-“Mi celular está seguro y solo debo preocuparme por la computadora”. No se trata del tamaño ni del modelo más reciente del dispositivo. Las estafas ocurren en cualquier tipo de aparato y, aunque las cifras evidencian que en su mayoría suceden en dispositivos móviles, las tabletas, computadoras, laptops e incluso relojes inteligentes no están exentos de ser una entrada para el robo de identidad. Es como si fuera una casa: ¿la puerta principal es la única entrada si te quieren robar?
5.-“La ciberseguridad es responsabilidad exclusiva de los profesionales”: Nadie es responsable de tu información más que tú mismo. La realidad es que a nadie podría perjudicarle más que a ti el hecho de ser víctima de este tipo de delitos, incluso si estás vivo o no. Es tu obligación y responsabilidad cuidar de tus redes sociales, aplicaciones bancarias o dispositivos donde tengas guardada información valiosa. Contribuye a denunciar las estafas y pon tu granito de arena para crear una comunidad digital más segura.
Así que ya lo sabes, ponte al tanto con esas llamadas del “más allá” y cuídate para no caer en una estafa.


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