Para este punto, seguramente ya te has enterado de lo que sucedió con nuestra querida Ariana Grande en una de las premieres de Wicked en Singapur, y es que en las últimas horas se han vuelto virales una serie de clips que muestran cómo un fan se le abalanza a la artista, en donde su compañera y más íntima amiga, Cynthia Erivo, tuvo que defenderla segundos antes de que los escoltas y la seguridad del evento lo hicieran.
Algunas tomas hechas por parte del público registraron diferentes ángulos en donde se podía observar la alegría y entusiasmo desbordante del fan, que contrastaban con el miedo y la incomodidad de Ariana Grande. Ante esto, se puso sobre la mesa el tema de los “sasaengs fans” y el trasfondo detrás de su obsesión con los artistas en la industria del K-pop.

¿Qué sucedió con Ariana Grande y por qué se ha vuelto tan viral en redes sociales?
Para desglosar todo el chismecito de lo que sucedió con nuestra más real Ariana Grande o, como de cariño la conocen en Ciudad Esmeralda, “Glinda la buena”, es necesario que empecemos por explicar qué es lo que la artista hacía en la ciudad de Singapur, en donde fue atacada por un fan que se brincó la valla de seguridad de un evento y se balanceó sobre ella.
Como parte de la gira de promoción para la segunda parte de su película “Wicked: For Good”, Ariana visitó la ciudad de Singapur el pasado jueves 13 de noviembre, en donde, acompañada de la mano, caminó con una parte principal del cast, los cuales se hicieron presentes durante el pase de la alfombra amarilla.
A la entrada del camino, un individuo se saltó los elementos de seguridad y abrazó de manera repentina a la actriz y cantante, por lo que, de manera rápida, Cynthia Erivo actuó para quitársela de las manos y tratar de ponerla a salvo.

Algunos de los testigos que estuvieron presentes en el evento aseguran que, en ese momento, todos se quedaron impactados al ver la cara de miedo e incomodidad de Ariana, quien no tenía noción de lo que estaba sucediendo, hasta que su compañera de reparto le ayudó a salir de la situación junto con el equipo de seguridad.
No se trata de un fan común: Johnson Wen es un fan reincidente que ha irrumpido en otros eventos
La persona que atacó a Ariana Grande fue identificada como Johnson Wen, un joven australiano de 25 años que, en redes sociales, es popularmente conocido como “Pyjama Man”. A las pocas horas de haber irrumpido en la alfombra del evento, publicó un mensaje de agradecimiento hacia Ariana Grande por “haberlo dejado aparecer” con ella en la alfombra amarilla, todo esto bajo un tono irónico, irrespetuoso y “chistoso” para sus seguidores.

En redes sociales le han llovido miles de comentarios en donde los usuarios lo describen como “un intruso serial en eventos públicos”, o sea, un troll, el cual en los últimos meses ha hecho lo mismo en conciertos de Katy Perry y The Weeknd, e incluso en eventos deportivos como la pista de los 100 metros masculinos en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Con este tipo de violaciones a la seguridad de los artistas, acumula más de 20 mil dólares australianos en multas, junto con diferentes medidas de seguridad impuestas por distintos recintos como el Accor Stadium en Australia, todo esto con base en información por parte de algunos medios de Singapur.
El trasfondo de los sasaeng y cómo Johnson Wen se encuentra ligado a este tipo de grupos fanáticos
El fenómeno del K-Pop ha conquistado al mundo, sobre todo gracias a su talento y al impulso que este tiene por sus fanáticos que apoyan a sus idols favoritos en cada paso de su carrera. Sin embargo, este tipo de admiración y apoyo puede ir mucho más allá de lo sano para ambas partes, sobre todo si hablamos de esos grupos de fans que, por su intensa devoción y admiración, cruzan los límites del respeto y la privacidad de los artistas. Sí, así es, estamos hablando de los fans obsesivos conocidos como sasaengs.

Este grupo de fanáticos, a los que se les conoce popularmente de esta manera, proviene de las palabras coreanas “sa”, que significa “privado”, y “saeng”, que significa “vida”. Por lo tanto, al juntar ambas palabras, en el idioma español sería algo que se refiere a la invasión de la vida y el espacio privado de los artistas. Y no, no se trata de que sean “mamones” y no quieran estar cerca de su público; se trata de una línea de respeto entre lo que divide a la figura pública del artista y la persona como ser humano que necesita un ambiente sano.

Aunque este término se atribuye principalmente a los grupos de fans obsesionados con el género del K-pop, no solo se centra en este tipo de artistas, ya que su significado abarca cualquier tipo de género, artista o evento en el que este tipo de fans muestre conductas que vulneren la seguridad de las personas con el pretexto de que son su “mayor admiración”, tratando de tener un tipo de contacto directo o indirecto con sus ídolos.
No solo se trata de contacto físico: los sasaengs buscan cualquier tipo de acercamiento hacia los artistas
El problema no solo se trata de la necesidad de tener contacto físico. Lo que vuelve peligrosos a los sasaengs es la intención de invadir la vida privada del artista sin importar si llegan o no a tener contacto físico con él. Debido a esto, es muy común que este grupo de fans gaste fuertes cantidades de dinero en seguirlos, espiarlos y, sobre todo, conseguir entradas y accesos en primera fila para tener mayores oportunidades de un acercamiento directo con el artista.

Uno de los casos más recientes y escalofriantes de este tema es el de Kim Jae-joong, un cantante y exmiembro del grupo de K-pop “TVXQ”, quien durante una entrevista para un canal de YouTube compartió detalles sobre su experiencia con fanáticas obsesivas que forman parte del término sasaeng. En más de una ocasión, llegaron a mandarle una fuerte cantidad de mensajes en donde decían saber dónde estaba, además de fotografías en donde el cantante se encontraba dormido en su casa, e incluso haber llegado a besarlo mientras dormía.

Al igual que este caso, existen muchos más en donde artistas y grupos de K-pop como BTS, EXO, TWICE, SEVENTEEN y Stray Kids han denunciado experiencias en donde diferentes personas y grupos los han seguido en coches, taxis o cualquier otro vehículo. También han tratado de irrumpir en sus habitaciones de hospedaje o incluso en sus propios hogares, junto al intenso acoso en aeropuertos, redes sociales, plazas comerciales y diferentes puntos en los que no necesariamente tienen que ser espacios públicos para que sean perseguidos.


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