El precio de decir “No” al crimen organizado: el asesinato de Bernardo Bravo limonero de Apatzingán

¿Cuántas personas más seguirán muriendo a causa del crimen organizado? En México, miles de empresarios y comerciantes han sido fuertemente golpeados por una ola de violencia que, en los últimos años, ha cobrado mayor intensidad con el famoso cobro de piso, extorsiones y diversas condiciones que los líderes de los grupos delictivos imponen a los ciudadanos para que puedan operar con la “seguridad” de que no les pasará nada ni a ellos ni a sus negocios.

El caso de Bernardo Bravo, limonero de Apatzingán en Michoacán, es uno de los miles de asesinatos que ocurren en el país a manos de fuerzas criminales que cada día cobran mayor poder en el territorio nacional. Bernardo era un limonero que estaba al frente tanto de su familia como de su trabajo; sin embargo, no ceder ante las amenazas por parte de criminales fue lo que le costó la vida.

El sector de la agricultura en México está de luto y lleno de indignación por el asesinato de Bernardo Bravo

El pasado fin de semana Bernardo Bravo, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, fue asesinado tras haber sido víctima de extorsiones y amenazas durante un año, en el que finalmente le arrebataron la vida, marcando un nuevo episodio de violencia en el estado de Michoacán.

Las investigaciones y declaraciones por parte del fiscal estatal, Carlos Torres Piña, en diversos medios de comunicación, arrojaron a la luz los terribles e indignantes hechos ocurridos el domingo 19 y lunes 20 de octubre, en los que Bernardo Bravo fue interceptado por miembros del crimen organizado, después de haber recibido varias amenazas en su contra que lo obligaban a subir el precio del limón para poder cobrar una gran parte de las ganancias.

Información publicada por Infobae relata que, la mañana del domingo 19 de octubre, Bernardo avisó a sus familiares que saldría de Morelia con rumbo a Apatzingán, donde tendría una cita con productores agrícolas, acompañado de su escolta de seguridad, que, por las recientes amenazas en su contra, el gobierno estatal le había proporcionado.

A su llegada, Bernardo Bravo hizo una parada en el tianguis limonero de Apatzingán, donde funcionaba su oficina y se concentraba la mayor parte de los productores de la región. Descendió para tomar otro vehículo en el que su escolta de seguridad ya no fue requerido y, de manera solitaria, continuó con su viaje hacia la localidad de Cenobio Moreno, donde fue citado por el crimen organizado y permaneció varias horas en el lugar.

Un regreso silencioso con una escena del crimen alterada

Después de permanecer unas cuantas horas en la localidad de Cenobio Moreno, alrededor de las nueve de la noche, las cámaras urbanas de la zona registraron el vehículo en el que Bernardo Bravo se trasladaba. Sin embargo, para el día siguiente, lunes 20 de octubre, las autoridades recibieron un reporte sobre el hallazgo de una camioneta Toyota gris, donde se encontraba el cuerpo del limonero con dos lesiones en la cabeza y un disparo calibre .38, que fue el que le quitó la vida.

La fiscalía estatal encabezó el levantamiento del cuerpo, que se encontraba en el asiento del conductor, y horas más tarde un estudio preliminar ratificó que Bernardo había sido asesinado desde la noche anterior a su hallazgo. Las investigaciones correspondientes informaron que muy posiblemente el asesinato ocurrió en la localidad de Cenobio Moreno o en el transcurso de su último trayecto registrado por las cámaras.

Horas más tarde del hallazgo, la fiscalía estatal inició las primeras diligencias, en las que logró capturar a Rigoberto N, alias “El Pantano”, quien fue identificado como presunto extorsionador de citricultores y posible responsable intelectual del asesinato del limonero Bernardo Bravo.

¿Qué dijo la presidenta Claudia Sheinbaum sobre este caso?

Durante su conferencia de prensa y tras el cuestionamiento de uno de los reporteros presentes que mencionó el tema, la mandataria de México aseguró que se esclarecerá este crimen, en el cual las autoridades de seguridad federal ya están colaborando con el gobierno del estado y la Fiscalía General de Justicia Estatal. En el cual el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, también aprovechó para presentar un amplio informe sobre el homicidio.

Horas más tarde, García Harfuch publicó en su cuenta oficial de X más detalles sobre la detención de Rigoberto N, como uno de los integrantes de la organización delictiva “Los Blancos de Troya”, quien se sumó a la lista después de que, en el año 2024, fuera detenido Gerardo N, alias “La Silla”, como presunto líder del grupo criminal que se encargaba de cobrar cuotas a productores de limón y aguacate en Apatzingán.

Desde estos acontecimientos, miles de agricultores de la zona han mostrado su descontento e indignación, no solo exigiendo justicia para su compañero y presidente de la asociación, sino también para cada uno de los productores que atraviesan la misma situación, al verse obligados por estos grupos delictivos que se aprovechan de su trabajo y esfuerzo para tener mayor poder y control en la región.


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