¡La reforma de supremacía constitucional avanza a toda velocidad! Después de un extenso debate de casi 10 horas en la Cámara de Diputados, la propuesta fue aprobada con 340 votos a favor, 133 en contra y una abstención. Ahora, la pelota está en los congresos estatales: al menos 17 de los 32 deben aprobarla para que se declare oficialmente como parte de la Constitución.
¿De qué va esta reforma? Básicamente, busca que no se puedan presentar amparos ni controversias para frenar reformas a la Constitución. En pocas palabras, busca blindar cambios constitucionales impulsados por el Congreso de la Unión.
Congresos que ya aprobaron la reforma
Hasta ahora, estos congresos ya dieron el sí a la reforma:
Tabasco
En una sesión con votación dividida, el Congreso de Tabasco aprobó la reforma con 24 votos a favor y 8 en contra.
Zacatecas
Zacatecas fue el primer estado en aprobar la reforma, tras una sesión que terminó con 18 votos a favor y 10 en contra. Aquí, el debate fue intenso, con la oposición argumentando que la medida limita los derechos ciudadanos.
Ciudad de México
En fast track la Ciudad de México se unió a la aprobación, y varios diputados y diputadas locales destacaron que este cambio es un compromiso con la transformación política del país.
Quintana Roo
La legislatura de Quintana Roo aprobó la reforma con 17 votos a favor y 4 en contra. En este estado, el debate fue acalorado, con posturas divididas entre quienes defendían la reforma como una necesidad para la estabilidad legislativa y quienes la veían como un ataque a la función de control del Poder Judicial.
Sonora
En Sonora, el Congreso aprobó la reforma sin mayores dificultades, destacando que la medida es una respuesta a las demandas de autonomía legislativa y una garantía de que las reformas de la Constitución Federal no puedan ser frenadas.
Tamaulipas
En Tamaulipas, la votación fue cerrada, con 18 votos a favor y 15 en contra. Este estado ha sido uno de los escenarios más polarizados, con diputados de Morena defendiendo la reforma como un paso hacia la consolidación de la democracia, y la oposición criticando que se limite el papel de la Suprema Corte.
Hidalgo
Con 25 votos a favor y 4 en contra, el Congreso de Hidalgo aprobó la reforma. Los legisladores locales señalaron que es un acto de respaldo a la autonomía estatal y al proyecto de transformación nacional.
Nayarit
En Nayarit, la aprobación se dio con 23 votos a favor y 7 en contra, respaldada por la mayoría de Morena y sus aliados. Durante el debate, la 4T argumentó que esta medida es una reiteración de lo que ya establece la Ley de Amparo, impidiendo que la Corte revierta reformas constitucionales.
¿Por qué genera tanta controversia?
La reforma de supremacía constitucional toca uno de los pilares del sistema democrático: la posibilidad de revisar, cuestionar y frenar reformas que puedan impactar negativamente los derechos de las y los ciudadanos o el equilibrio entre los poderes. Desde su perspectiva, los y las defensoras de la reforma sostienen que los cambios constitucionales deben estar protegidos de recursos que sólo buscan obstaculizar, permitiendo así que los proyectos legislativos tengan un mayor impacto y continuidad.
Por otro lado, la oposición y analistas argumentan que esta reforma podría eliminar los frenos necesarios para evitar abusos. Señalan que al impedir que la Suprema Corte intervenga en la revisión de estas reformas, se podría dejar sin defensa a los y las ciudadanas y organizaciones que hasta ahora han utilizado estas herramientas para cuestionar modificaciones que consideran injustas o perjudiciales.
El próximo paso: ratificación en los congresos estatales
Para que la supremacía constitucional se convierta en parte de la Constitución, se necesita la aprobación de al menos 17 congresos locales. Este respaldo se ha logrado principalmente en estados con mayoría de Morena, lo que facilita el proceso, aunque no elimina las tensiones internas.
En los próximos días, se espera que otros congresos estatales aborden la reforma. Las y los diputados que la apoyan aseguran que esto representa una oportunidad histórica para garantizar la autonomía de las decisiones legislativas, mientras que los críticos temen que este blindaje abra un camino para cambios irreversibles que puedan afectar derechos y limitar la capacidad de los y las ciudadanas de cuestionar el rumbo político del país.
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