Dentro de la lucha por la visibilidad, el respeto y la igualdad de accesos y derechos en la que la comunidad LGBTIQ+ ha luchado por más de un siglo, se encuentra uno de los sectores más importantes que en los últimos años ha tenido gran relevancia y reconocimiento en la economía del país. El dinero o economía rosa es un término que se utiliza para definir el poder adquisitivo que genera una comunidad en específico.
En los últimos años, la comunidad LGBTIQ+ ha tenido gran participación en el mercado del marketing y la publicidad. Marcas y empresas exclusivas como Nike, Coca-Cola, Apple, Zara y muchas más lanzan al mercado diferentes colaboraciones y anuncios acompañados de personas que visibilizan este sector. Gracias a ello, muchas de estas empresas han tenido grandes éxitos. Pero, ¿solo están siendo utilizados o las empresas realmente valoran su talento y creatividad?
¿Qué es la economía rosa y cuáles son sus bases dentro de su historia?
Después de tanto tiempo de lucha, por fin se le está dando a la comunidad LGBTIQ+ el reconocimiento que merece en términos económicos. La economía rosa es utilizada como un término para describir el poder adquisitivo de la colectividad integrada por personas no heterosexuales y/o cisgénero, en donde entra cada letra del nombre de la comunidad como uno de los principales contribuyentes en la derrama económica del país.
La “Pink Economy”, como originalmente se le denominó en Estados Unidos, surgió a mediados de la década de 1960, cuando grandes empresas y sectores minoristas empezaron a notar que este segmento estaba muy abandonado y que, precisamente, también era uno de los que tenían mejor presupuesto disponible para gastarlo en bienes de consumo en comparación con los demás sectores heterosexuales de la población.
Profesionales del marketing realizaron una diversidad de estudios en los que identificaron que había mejores oportunidades de resultados si, en lugar de visualizar al mercado en general, se enfocaban los esfuerzos en ciertos nichos de la comunidad. Los primeros en lograr identificarlo fueron algunas ciudades europeas y, sobre todo, en Estados Unidos.
La búsqueda por generar estrategias de concientización, respeto y diversidad en la población hizo que el marketing tomara un giro hacia este sector en temas de publicidad y rentabilidad de mercados, como una fuerte estrategia que aún no era explotada durante esos años.
¿Realmente las personas LGBTIQ+ ganan y producen más dinero?
Un estudio realizado por LGBT Capital estima que el poder adquisitivo global de los consumidores de la comunidad es de alrededor de 3.9 billones de dólares por año, en donde el turismo y la moda son dos de los sectores que más impacto tienen dentro de estas cifras de consumo. Además, en países como Estados Unidos se ha encontrado una correlación entre el capitalismo rosa y el aumento en la demanda de productos y bienes de lujo.

En el caso de México, la compañía global de medios Forbes señaló que durante el año 2017, el dinero rosa generó una derrama económica de 65 millones de dólares en consumo dentro del país, específicamente en el sector del turismo, donde una gran parte de los ingresos se concentró en el turismo y el entretenimiento.
Ahora, es importante señalar que este poder de compra extra no necesariamente significa que la comunidad LGBTIQ+ tenga ingresos más altos. De hecho, podríamos decir que, por lo menos en Latinoamérica, una gran parte de la comunidad sigue sufriendo de discriminación y violencia laboral en distintos sectores y áreas de trabajo, que bajo este tipo de estigmas hacen que su esfuerzo sea menos recompensado que el de una persona heterosexual con pensamientos de heteronormatividad.

La verdadera diferencia radica en que este sector tiene diferentes hábitos y prioridades de consumo, ya que una gran parte de ellos no tiene hijos y, por ende, los gastos comparados con los de una familia tradicional se vuelven totalmente diferentes, al poder disponer de una gran parte de su dinero para ellos mismos.
El pinkwashing como una de las principales estrategias de explotación por parte de la mayoría de las empresas
El pinkwashing es una estrategia de marketing o posicionamiento político mediante la cual gobiernos, empresas e instituciones promueven su aparente apoyo a los derechos de las personas LGBTIQ+, con el único fin de mejorar su imagen pública o aumentar el número de sus ventas y rentabilidad dentro del mercado.

Este tipo de estrategias no solo utiliza a los miembros de la comunidad como una estrategia de promoción o limpieza de imagen, sino que, en muchas ocasiones, también impulsa los estigmas y estereotipos dentro de esta comunidad, ridiculizando y redefiniendo el verdadero significado de la diversidad por medio de frases, parodias o actitudes que solo incitan a que la sociedad siga poniendo etiquetas por encima de las preferencias, los sentimientos y la identidad.
Si bien el reconocimiento de la economía rosa es un punto favorable dentro de los avances que poco a poco se han conseguido con el esfuerzo y trabajo de millones de personas y asociaciones, aún se tiene un largo camino por recorrer dentro de los temas de economía y representatividad digna de las empresas y los medios de comunicación. La lucha no solo parte del lado económico; hay muchas áreas que aún siguen pendientes de fortalecer para lograr un avance general y significativo.

El hecho de que, en algunos casos, existan mayores ingresos económicos dentro de las personas de la comunidad es un símbolo del trabajo en el que se tienen que esforzar el doble e incluso tener diferentes empleos para poder ser recompensados por su esfuerzo y tener un estilo de vida digno, dentro de las posibilidades que otorga este país.


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