El caso de Regina: cuando la libertad de los jóvenes pone a prueba la responsabilidad de los padres

Imagínate llegar a una fiesta de Halloween, ponerte una buena peda y de un minuto a otro, despertar en una cama con la mirada de tu mamá regañándote y amenazando con que llamará a la policía para que les cancele la fiesta. Pues precisamente eso fue lo que le pasó a Regina, una chica de 15 años que, sin el  permiso de sus papás, terminó en esta situación.

Este caso va más allá de ser solo una situación viral en redes sociales; expone una problemática que ha abierto debate sobre la responsabilidad de los padres de familia hoy en día y qué nivel de libertad tienen los jóvenes para ingerir alcohol y terminar en situaciones vulnerables.

Una fiesta de Halloween asustada por la policía y no por los disfraces

En Playa del Carmen se organizó una fiesta para celebrar la noche de Halloween en la que, a través de testimonios hechos en TikTok e hilos en X, se dio a conocer que al lugar asistieron jóvenes entre los 13 y los 20 años de edad, a quienes, además, aparentemente se les cobró un cover de 300 pesos a la entrada de lo que parecía ser una casa.

Todo marchaba bien, y lo que parecía ser una noche divertida de Halloween terminó convirtiéndose en una verdadera noche de terror, en la que el mejor disfraz lo ganó la policía tras haber llegado a cancelar la fiesta después de que la madre de Regina, una de las invitadas, asistiera por su hija, quien se encontraba totalmente ebria e inconsciente, exigiendo que encendieran las luces. Entre reclamos y regaños, sacó a su hija inmediatamente del lugar.

@elhilomx

Madre enojada se lleva a su hija en plena fiesta. #historiareal #fiesta #regina #contexto

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La madre de Regina llamó a las autoridades, quienes minutos después asistieron al lugar para cancelar la fiesta, donde los organizadores tuvieron que parar la música y los asistentes fueron obligados a salir de las instalaciones. La mayoría se encontraba molesta y exigía que se les reembolsara el dinero que habían pagado por el cover de entrada, además de culpar a Regina por haberles arruinado la fiesta.

Aplaudida por muchos y odiada por otros, la mamá de Regina ¿estuvo mal?

Tener 15 años, salir de fiesta a altas horas de la noche y ponerte una peda al grado de quedar inconsciente en una casa que no conoces, con personas que no conoces y en una situación vulnerable en la que no puedes ni ponerte de pie después de haber tomado grandes cantidades de alcohol… ¿crees que sigue siendo divertido y “de chill”?

Una situación que deja de ser solo una experiencia graciosa o un evento canónico de tu adolescencia, sobre todo al estar viviendo en un país donde cifras oficiales de la CNB y la FIDH informan que alrededor de 11 mujeres desaparecen diariamente en México, y muchas de ellas no llegan a ser localizadas o, desafortunadamente, terminan en casos de feminicidio, en los que gran parte de las víctimas son jóvenes y adolescentes entre los 15 y los 20 años de edad.

Ya no se trata de quién arruinó la fiesta o por qué la mamá de Regina entró de manera abrupta a recoger a su hija. Hoy en día, y ante la fuerte ola de violencia en México que hemos normalizado en todas partes del país, la acción que hizo esta madre al sacar a su hija de una situación en la que no estaba consciente y donde existían altas probabilidades de que la “travesura” terminara en una tragedia, cambia completamente la narrativa: la historia que se estaría contando podría haber sido muy diferente.

La libertad y diversión de los jóvenes sí tiene límites y es un acto de responsabilidad

Aunque para muchas de las estrellas nucleares más jóvenes este caso no cobre la importancia y el sentido verdadero, la realidad es que hoy en día la seguridad de los adolescentes y el ambiente en el que nos encontramos deben ser mucho más confiables y seguros. No es necesario ponerse una peda astral para disfrutar la noche, y si lo haces, recuerda que todo debe ser con medida y que, al final de la noche, el que más importa eres tú.

El alcohol no necesariamente significa que sea malo; lo que sí está mal es abusar de esta sustancia, arriesgar nuestra integridad y escapar de la protección de nuestros padres. Sí, somos jóvenes y queremos vivir nuestra vida, pero esta vida no tiene que ser expuesta ni mucho menos ponerse en riesgo bajo la justificación de que te estás “divirtiendo”. La diversión no es quedar inconsciente, es saber disfrutar con responsabilidad y ser consciente de lo que sucede a tu alrededor.

Por muy cliché que suene, confiar en tus padres es un acto de amor y respeto familiar, en el que las personas que más van a estar para apoyarte y ayudarte a salir de estas situaciones son tu propia familia. Y si no te sientes cómodo o simplemente no existe esta apertura dentro de tu núcleo familiar, aprende a cuidar de ti mismo; no tomes estos casos como un simple video viral de TikTok: aprende de ellos y pregúntate a ti mismo, ¿realmente vale la pena exponerme de esta manera?


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