Un monstruo que se escondía bajo la apariencia de un cirujano pediatra amable. Francia enfrenta el caso más grande de abuso infantil en su historia, Joël Le Scouarnec, de 73 años, sedó y violó a 141 niñas y 158 niños durante años. Todos sus crímenes se conocieron después de que las autoridades encontraran un diario, donde el criminal escribió detalladamente los abusos.
Esta investigación ya ha ocupado 700 páginas y supone el mayor proceso judicial por pederastia del país. De acuerdo con el procurador, Stéphane Kellenberger, el médico será juzgado en 2025. “Dada su importancia, su complejidad y el número de víctimas, este procedimiento ha sido calificado de extraordinario por la dirección de los servicios judiciales del Ministerio de Justicia”, señaló.
Primer indicio y denuncia
En 2004, el FBI detectó que había usado su tarjeta para comprar material pornográfico infantil en una web rusa. Por este delito se le condenó a sólo cuatro meses en la cárcel sin inhabilitación. Más tarde, en 2017, recibió una denuncia por abusar de la hija de 6 años de sus vecinos.
A raíz de esta denuncia, las autoridades investigaron más al pederasta y llegaron a la conclusión de que sus primeras víctimas habían sido familiares cercanos. Este juicio, que inició con una niña, terminó siendo de cuatro menores, entre ellos vecinos y sobrinos. Al final, en 2020, recibió una condena de 15 años por estos crímenes.
Allanamiento a su casa
Pero el verdadero terror llegó después. Luego de su condena, las autoridades francesas no quedaron del todo tranquilas, sobre todo por el hecho de que, por su profesión, Joël tuvo mucho contacto con niñas y niños a lo largo de su vida. Así que, recientemente, decidieron ahondar más y allanaron su casa.
Fue ahí donde encontraron 300.000 fotografías y vídeos con pornografía infantil, pero además hallaron unos cuadernos. En ellos, el cirujano hacía dibujos y relataba todos sus delitos. Sus descripciones condujeron a la policía hasta las víctimas que databan desde 1984. “En casa de Joël Le Scouarnec se hallaron cuadernos que describen cosas absolutamente abominables”, indicó el procurador Kellenberger.
En sus manuscritos “transcribía numerosos actos de tocamientos y penetraciones sexuales cometidos casi a diario, durante consultas pre o postoperatorias o durante intervenciones en el quirófano, a veces presentados como actos médicos o exámenes clínicos, especialmente cuando se realizaban en presencia de terceros, ya fuera personal médico o los padres del paciente”, describió el juez en interrogatorio contra el cirujano.
Complicidad
Pero, no es el único bajo investigación. La policía anunció que los hospitales donde trabajó este cirujano también serán investigados, ya que no se tomó ninguna medida en su contra ni lo alejaron de las y los pacientes menores de edad aún después de varias denuncias de sus colegas.
Como la que ocurrió en 2006, cuando un compañero lo denunció ante el consejo departamental de los médicos en Finisterre. Quienes, aún teniendo los antecedentes criminales del cirujano, le permitieron seguir trabajando.
Aunque ya se encuentra enfrentando su condena de 15 años, dadas las numerosas pruebas recopiladas volverá a juicio y podría enfrentarse a 20 años de cárcel más. “El acusado se benefició de la impunidad del silencio, esto debe parar”, afirmó la abogada de una de las víctimas.
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