Es increíble hasta dónde puedes llegar sin saber nada de psiquiatría, pero con un buen curso rápido de Photoshop. En Puebla, una abogada se hizo pasar por “psiquiatra” y logró engañar a un montón de personas, fingiendo ser una eminencia en salud mental y recetando ilegalmente medicamentos controlados. ¡Ojo aquí, Cofepris!
¿Quién es Marilyn Cote y qué hizo?
Todo inició cuando varias cuentas de X, entre ellas @DrChavezDiaz empezaron a hacer hilos, con pruebas y todo, desmintiendo a Marilyn Cote. Compartieron imágenes de recetas firmadas por ella, donde recetaba duloxetina y quetiapina, medicamentos controlados que sólo un psiquiatra puede prescribir.
Pero lo curioso no acaba ahí: las recetas tenían cédulas y logos de universidades como Harvard y Oslo, lo que le daba una imagen de autenticidad, prestigio y seriedad. Pero todo, absolutamente todo, era falso.
Aunque Marilyn Cote sí tiene cédulas profesionales, ninguna corresponde a psiquiatría. Tras una búsqueda rápida en el Registro Nacional de Profesionistas, resulta que sus cédulas son de derecho, criminalística y psicología. Ni rastro de psiquiatría. Eso sí, Cote se tomó la molestia de usar y poner en sus recetas el nombre de un psiquiatra real —el Dr. Rodrigo Aquilino Orcajano Castelán, que no tiene idea de quién es ella— para darle aún más peso a su teatro.
Pero eso es apenas la punta del iceberg. Porque, claro, si vas inventarte una profesión tienes que ir todavía más lejos. Cote creó una página web donde presentaba su clínica en Tlaxcalancingo, Puebla, y presumía de un equipo de “especialistas internacionales”.
Ahí, uno podía ver nombres como Tobias Hansen y William Cook, sólo que, tras investigar, se descubrió que sus “colegas” eran modelos de anuncios de internet editados a la rápida en Photoshop. Todo montado para que su clínica pareciera de otro mundo (literalmente).
Toda una vida inventada
Y si ya te parecía loco todo este asunto, bueno Cote lleva años construyendo una vida falsa en redes, armada con fotos de ella más que retocadas y supuestos logros profesionales de prestigio. Viajes, premios, un “esposo” (también photoshopeado) y una vida perfecta, que existía en su imaginación y en las imágenes sacadas de Pinterest. Incluso, como muchos afirman, pagaba buen dinero a revistas de sociales para aparecer en artículos e inventarse otra clínica (con Photoshop, claro) en San Diego.
Con esta fachada, cobró hasta $1,400 pesos por consulta y prometía curar a sus pacientes de ansiedad y depresión en menos de una semana, estafando a personas vulnerables que depositaban en ella su confianza y dinero.
Lo más turbio es que Cote no dudó en defenderse en redes, diciendo que quienes la “difaman” son narcisistas y envidiosos. Para colmo, según dicen, ha creado cuentas falsas que comentan a su favor y que la defienden como si realmente fuera una eminencia en salud mental. Ya ves, por eso nunca es bueno mentir en tu CV y abusar del Photoshop.
¿Qué tan fácil es engañar a todo el mundo?
El caso de Marilyn Cote deja claro que, en México, cualquiera con suficiente Photoshop y algo de ingenio puede hacerse pasar por profesional de la salud. La falta de regulación sobre el uso de cédulas y la venta de medicamentos controlados en algunos lugares permite que personas como Cote operen impunemente.
Si no hubiera sido por la denuncia en redes, esta abogada-psiquiatra-ficticia podría haber seguido recetando y cobrando sin problema alguno, afectando la vida de quienes buscan ayuda profesional de manera desesperada.
Más allá del escándalo, esto nos recuerda la importancia de verificar las credenciales de los profesionales a quienes confiamos nuestra salud. No se trata sólo de evitar ser engañados o estafados, sino de prevenir que personas sin la formación necesaria pongan en riesgo la vida y bienestar de sus pacientes. Porque, tristemente, hay una Marilyn Cote en cada coach de vida, en cada terapeuta que hace constelaciones familiares, y en cada psicólogo que prescribe antidepresivos.
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