¿Alguien pidió corrupción, tensiones y alianzas secretas? Porque eso es algo de lo que nos dio Morena. Resulta que el Senado acaba de aprobar la reelección de Rosario Piedra Ibarra al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), sí, una de las peores calificadas para el puesto, esa misma que ni la presidenta, Claudia Sheinbaum, quería al frente de la CNDH otra vez.
Un “regalito” para AMLO… y un golpe bajo para Sheinbaum
Curiosamente, el día que se aprobó la reelección de Piedra coincidió con el cumpleaños de AMLO, quien cumplió 71 años. ¿Coincidencia o regalito de cumpleaños? Lo cierto es que Sheinbaum fue la gran perdedora en este episodio.
El Senado aprobó la reelección de Piedra con 87 votos, mientras Nashieli Ramírez, la candidata apoyada por Sheinbaum, recibió sólo 36 votos. Para la presidenta, esto representa una derrota en más de un sentido. En primer lugar, es más que evidente que el apoyo a Piedra fue una línea dictada desde lo más alto de Morena, y no desde ella.
Para rematar, Sheinbaum siempre se ha pronunciado en contra de las reelecciones en cargos públicos; y ver cómo su propio partido reelige a alguien con quien no simpatiza, pone en tela de juicio su influencia y expone una curiosa división dentro de Morena.
Un proceso de reelección turbio
La reelección de Piedra no sólo fue polémica por lo que representa para Sheinbaum, sino por la manera en que se llevó a cabo. Piedra había sido la peor evaluada en comisiones, y aun así, logró entrar en la terna final, mientras que una de las mejor calificadas fue eliminada del proceso, ojito ahí.
Además, ya se le había descubierto una carta de apoyo falsa en su expediente, por lo que cero tendría que haber sido una candidata al puesto, pero, bueno, Morena restó importancia a estos “detalles insignificantes”.
Todo esto, en conjunto, generó desconfianza en la oposición, y Ricardo Anaya (PAN) propuso que la votación se hiciera con mamparas y boletas entregadas al momento, para asegurar que el voto fuera realmente secreto y evitar posibles “presiones” para votar a favor de Piedra.
Aquí fue donde el asunto se volvió personal y algunos luego luego se proyectaron demás: Adán Augusto López y Fernández Noroña, dos figuras clave de Morena, rechazaron esta propuesta, y de paso lanzaron críticas duras contra el PAN. López incluso se burló de Ricardo Anaya llamándolo “calderoncito” y acusó al PAN de ser los “maestros del fraude”. Finalmente, tras varios recesos y enfrentamientos, la votación avanzó con la mayoría de Morena respaldando a Piedra.
¿Qué significa tener a Rosario Piedra al frente de la CNDH?
La CNDH es supuestamente la institución que debería estar velando por nuestros derechos, incluso cuando hay abusos del Ejército o del propio gobierno. Sin embargo, la gestión de Piedra ha sido muy criticada por no actuar con firmeza en estos temas. Entonces, ¿qué podemos esperar ahora? Pues nada realmente.
Con ella al frente por otros cinco años, la CNDH seguirá siendo la misma institución que defiende más los crímenes y abusos del Ejército que nuestros derechos humanos.
Morena, ¿problemas en el paraíso?
Lejos de ser una simple “victoria” para Morena, parece que las cosas se pondrán más turbias dentro del partido de ahora en adelante. El hecho de que hayan ignorado la preferencia de Sheinbaum y hayan optado por una figura tan polémica como Piedra, deja claro que no todos en el partido siguen las mismas ideas o apoyan las mismas figuras.
Este episodio podría ser el comienzo de una división más profunda que complique las cosas para Morena en el futuro, y que, en consecuencia, nos termine por llevar entre las patas a todo el país también.
Morena, el partido que alguna vez prometió “ser diferente”, ahora parece estar cayendo en los mismos viejos trucos, poniendo sus intereses y lealtades por encima del bien común. Fijamos sorpresa. Pero bueno, entonces si las instituciones están dirigidas por personas elegidas por su utilidad política y no por su capacidad, ¿qué tan independientes y efectivas pueden ser realmente? Te lo dejamos para reflexionar ahí nomás.
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