¿Pobre y humilde? Eso dice Claudia Sheinbaum en su reciente y primera declaración patrimonial y de intereses como mandataria nacional ante la Secretaría de la Función Pública (SFP). Peeeero un vistazo más profundo revela una historia económica y familiar bastante interesante (y llena de varios signos de dólares). Vamos por partes, porque el chismecito está bueno y no queremos que te pierdas nada.
Su departamento
Primero lo primero, revisemos su declaración patrimonial de 2023: no hay rastro de propiedades. Sin embargo, en 2024 aparece un departamento con un valor de 275 mil pesos, aunque en algunos medios aparece como 2.7 millones de pesos. ¿Cómo pasó de no tener nada a ser dueña de este inmueble? ¿Cuánto vale realmente? Sólo ella sabe, pero lo cierto es que esta propiedad, por sus características y ubicación, no es precisamente un “lujo modesto”, de acuerdo como apuntan algunas personas.
El legado de papá
Claudia no es empresaria, pero las empresas que su papá, Carlos Sheinbaum Yoselevitz, le dejó sí que valen bastantito.
Las empresas son: Sintacrom de México, S.A. de C.V., especializada en materiales químicos como el sulfato básico de cromo; y Eli Camiy Cia., dedicada a aceites especializados y con conexiones internacionales, incluyendo una sociedad con Eastern Oil Products Co., una empresa norteamericana. Ambas compañías han operado durante décadas, y según cálculos, el porcentaje que podría tocarle a Claudia, como única hija, asciende a cerca de 1.6 millones de dólares.
Lo más polémico: durante la pandemia, cuando era presidente, AMLO le negó apoyo a muchas microempresas, pero Sintacrom sí recibió ayuda económica del gobierno. ¿Coincidencia o favoritismo? Nadie sabe cuánto dinero les dieron, pero queda claro que otras empresas no corrieron con la misma suerte.
La herencia materna y los Panamá Papers
Por el lado de su mamá, el dinero también fluye, pero esta vez en el ámbito internacional. Su abuelo, José Pardo Benjaminoff, era un comerciante exitoso con propiedades importantes, como una en Polanco que podría valer millones.
Pero lo más escandaloso es su aparición en los Papeles de Panamá, para quienes no les suene el nombre se trata de una filtración de más de 11 millones de documentos financieros de la firma legal panameña Mossack Fonseca, que revelaron cómo personas adineradas y poderosas ocultan su riqueza en paraísos fiscales. Mucho ojito ahí.
De las tres cuentas familiares que aparecen en estos documentos, una está vinculada directamente a la madre de Claudia: JAEM Inc.. Aunque Sheinbaum insiste en que esas cuentas tenían “poco dinero”, los requisitos mínimos para mantenerlas eran de 1 millón de dólares. Esto nos lleva a pensar que la suma total de las cuentas familiares podría ser mucho mayor.
Además, esa misma empresa fue registrada en las Islas Vírgenes y ha sido asociada con fondos familiares que evitaron pagar impuestos en México. Si a eso le sumamos la conexión con MPI Farmacéutica GmbH (empresa alemana en la dirección de una antigua propiedad familiar), el asunto se pone aún más interesante.
Verdades incómodas
Parece ser que la presidenta no viene de un origen humilde, como le gusta decir. No cualquiera hereda empresas, propiedades y dinero de su familia como ella. A eso súmale que parte de esa herencia estaba en cuentas offshore que no pagaban impuestos en México y el hecho de que su familia recibió apoyos económicos durante la pandemia, mientras otros empresarios se quedaron esperando, ¿qué te dice todo eso?
Claudia Sheinbaum intenta vendernos una imagen de humildad y sacrificio, pero los números cuentan otra historia. Mientras tanto, los órganos de transparencia como el INAI van a ser eliminados. ¿Será casualidad?
La realidad es que este tipo de historias refuerzan la desconfianza hacia las y los políticos: dicen representar al pueblo, pero acumulan fortunas que nunca se reflejan en sus declaraciones oficiales. Y mientras tanto, tú y yo seguimos pagando impuestos y tratando de llegar a fin de mes.
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