No es normal sentirse tan cansado…es burnout

¿Te sientes cada vez más agotado después de tu jornada laboral? Es posible que estés enfrentando el burnout, un enemigo silencioso que arrastra no sólo tu energía, sino también tu bienestar emocional y físico.

En México, el estrés laboral no es sólo una preocupación personal; es un problema nacional grave. Desde 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció oficialmente el síndrome de burnout como una enfermedad relacionada con el trabajo, y no es para menos. 

Y sí, México ocupa un triste primer lugar en estrés laboral a nivel mundial, superando a países como China y Estados Unidos. Se estima que 7 de cada 10 mexicanos padece de estrés laboral. Todo esto impulsado por largas jornadas laborales, pocas vacaciones y un equilibrio vida-trabajo prácticamente inexistente.

¿Cómo identificar el burnout?

Si alguna vez te has sentido físicamente agotado, mentalmente drenado, o con una baja productividad que te hace pensar “no soy lo que era antes”, lo más probable es que estés experimentando burnout. Este desgaste profundo no es únicamente cansancio: es un agotamiento emocional que puede consumir por completo tu energía y tus ganas de seguir adelante.

Pero, los síntomas no se limitan a fatiga física; incluyen también una carga emocional insoportable:

  • Tristeza constante.
  • Negatividad.
  • Miedo de enfrentar las tareas, de no estar a la altura de lo que se espera de ti.
  • Aislamiento y desconexión.

Además, estos síntomas desencadenan una serie de problemas serios: insomnio, ansiedad, sentimientos de culpa por no alcanzar tus metas o simplemente por no poder disfrutar de lo que antes te apasionaba. A largo plazo, se suma una reducción de la calidad de vida, con depresión, ansiedad y hasta el riesgo de enfermedades graves como hipertensión y problemas cardíacos.

¿Quiénes lo sufren más?

Aunque el burnout puede afectar a cualquier profesional, los más vulnerables están en sectores de alta demanda emocional, como la salud, educación, seguridad pública y otros servicios esenciales.

Un estudio de la UNAM reveló que en entornos hospitalarios, las enfermeras son quienes más sufren este síndrome, seguidas por médicos, docentes y psicólogos. En todos los casos, las largas horas, la carga emocional y la falta de apoyo agravan la situación.

Estrés laboral, el enemigo de las y los mexicanos

Con un 75% de su población económicamente activa en riesgo, México lidera el ranking mundial de estrés laboral, seguido por China (73%) y Estados Unidos (59%).

Esta situación ha sido exacerbada por la pandemia de Covid-19, que puso a prueba los límites de la productividad y la conciliación entre la vida personal y laboral. Y mientras la situación empeora, la respuesta empresarial sigue siendo insuficiente: el 80% de las empresas en México no implementan estrategias efectivas para mitigar los efectos del estrés en sus trabajadores.

Las generaciones más jóvenes, como la Generación Z, enfrentan una mayor carga en cuestiones de salud mental, y el no sentirse valorados y recompensados en su trabajo, les genera un alto nivel de estrés laboral.

La falta de tiempo para el cuidado personal, las largas jornadas, y el equilibrio nulo entre el trabajo y la vida personal están cobrando un alto precio. Y este no es un problema únicamente para los empleados, sino que también impacta gravemente a las empresas. 

De acuerdo con la OIT, el estrés laboral cuesta a las empresas entre 5,000 y 40,000 millones de dólares al año. Es una pérdida monumental que podría evitarse con un cambio real en la cultura laboral.

¿Cómo enfrentarlo? Cambios individuales y laborales

A nivel personal, puedes:

  • Organizar mejor tus tareas y priorizar actividades esenciales.
  • Practicar actividades recreativas que te permitan desconectar.
  • Adoptar técnicas de mindfulness o meditación para reducir el estrés.

Desde las empresas, es crucial que los empleadores implementen estrategias que beneficien a sus empleados. Expertos sugieren:

  • Revisar cargas de trabajo y redistribuirlas de forma equitativa.
  • Fomentar pausas activas y promover una cultura de apoyo emocional.
  • Ofrecer beneficios que permitan al equipo recargar energías fuera del trabajo.

Medidas simples como evaluaciones constantes del entorno laboral y una buena asignación de tareas pueden hacer una gran diferencia. Prevenir es la clave, y esto no sólo depende de la voluntad del trabajador, sino también de la acción de las empresas.

¿Qué pasa si no actuamos a tiempo?

Ignorar el burnout pone en riesgo la salud de las y los trabajadores, la productividad y el éxito de las empresas. Si no se toman medidas preventivas, los efectos a largo plazo pueden incluir baja productividad y problemas de salud graves, y también un descenso en la calidad de vida que afecta tanto al trabajador como a su entorno.

Es hora de crear espacios laborales que nutran a las personas, no las destruyan. En un entorno laboral ideal, las y los trabajadores no se limitan a sobrevivir, sino que se impulsa la productividad. Es hora de que las organizaciones se den cuenta de que empleados felices y saludables son más productivos y sostenibles a largo plazo.

El burnout no es una batalla que se pueda ganar con una sola acción o de forma rápida. Se requiere un compromiso continuo de parte de todas y todos: desde el trabajador que debe cuidar su bienestar personal hasta la empresa que debe invertir en crear un entorno de trabajo que valore y respete a sus empleados.


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