La presidenta Claudia Sheinbaum informó este lunes que, del 20 al 26 de enero, México recibió a 4.094 personas deportadas desde Estados Unidos, siendo la mayoría de ellas de nacionalidad mexicana. Aunque la cifra llama la atención, la mandataria aclaró que no representa un incremento significativo respecto a otros periodos.
Nueva alianza migratoria entre ambos países
Sheinbaum detalló que cuatro vuelos de repatriación aterrizaron recientemente en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), como parte del proceso coordinado entre ambos países. Resaltó que México tiene una “larga tradición” de colaboración en temas de repatriación con Estados Unidos, una relación que ha evolucionado desde el gobierno de Joe Biden.
Durante su intervención, la presidenta destacó que la relación bilateral se ha fortalecido tras una llamada entre el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente. Como resultado, se formó un grupo de trabajo para abordar los retos migratorios.
Aunque ya se realizaron varias reuniones virtuales entre agencias de ambos países, Sheinbaum no reveló detalles específicos sobre los acuerdos alcanzados.
Apoyo a los deportados en México
Para quienes llegan al país tras ser deportados, Sheinbaum aseguró que se les recibe en centros de atención localizados tanto en la frontera norte como en aeropuertos, en el marco del programa “México te abraza”. Este programa busca garantizar una recepción digna y priorizar el respeto a los derechos humanos de los migrantes.
“La Cancillería y las autoridades migratorias tienen un esquema por si hay violación a los derechos humanos hacia los mexicanos que llegan de Estados Unidos”, señaló.
¿Qué pasa con los migrantes no mexicanos?
Sheinbaum también abordó la situación de los migrantes de otras nacionalidades, especialmente los de Centroamérica. Explicó que Estados Unidos mantiene una comunicación constante con los gobiernos de esa región. En países como Guatemala, la Constitución establece que cualquier centroamericano puede ser aceptado en su territorio, lo que facilita la coordinación.
Sin embargo, en el caso de México, Sheinbaum reconoció que aún falta trabajar para definir una estrategia más clara en cuanto a los migrantes no mexicanos, aunque afirmó que ya se están tomando medidas para mejorar la situación.
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