Rosaura O.H. sabía que corría peligro. Lo dijo. Lo advirtió. Pero su voz no fue escuchada. La jueza Janett Mendoza Montiel decidió suspender el proceso contra Marco Antonio M.G., el policía al que Rosaura había denunciado por violencia familiar y privación ilegal de la libertad. La única condición que le impuso fue que no se acercara a ella.
El 5 de febrero, el miedo de Rosaura se convirtió en realidad. Marco Antonio M.G. irrumpió en su hogar, en la localidad de Azoyatla, y asesinó a Rosaura, a sus padres y a su hermano. Cuando la policía llegó, encontró tres cuerpos sin vida y dos heridos graves. Uno de ellos murió poco después en el hospital.
El Estado que no protegió a la víctima
Desde un inicio, Rosaura había rechazado la decisión de la jueza. Sabía que su agresor era un hombre peligroso y pidió protección a las autoridades. Pero su solicitud fue ignorada.
El 13 de octubre de 2024, Marco Antonio había sido arrestado por la primera denuncia, por cargos de violencia familiar y privación ilegal de la libertad contra Rosaura, y fue enviado al Centro de Readaptación Social (Cereso) de Pachuca.
El 21 de octubre fue vinculado a proceso, pero el 15 de noviembre la jueza Mendoza Montiel le otorgó libertad condicional. Ese mismo día, en audiencia, Rosaura expresó su temor de volver a ser atacada. El Ministerio Público apoyó su postura, pero la jueza desestimó los argumentos y permitió la liberación.
Cuatro días después, Marco Antonio renunció a su puesto en la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Mineral de la Reforma, lo que impidió que enfrentara un proceso administrativo dentro de la corporación.
Mientras tanto, Rosaura volvió a denunciarlo por una nueva agresión ocurrida en su domicilio en la colonia Nuevo Francisco I. Madero. Esta segunda denuncia, registrada en la causa penal 1689/2024, derivó en una nueva investigación por violencia familiar equiparada. La audiencia inicial estaba programada para el 27 de enero, pero fue aplazada hasta el 10 de marzo, a petición de la defensa del expolicía. Rosaura no llegó a esa fecha.
El ataque y la captura del agresor
La mañana del 5 de febrero, Marco Antonio M.G. ingresó al domicilio de Rosaura y atacó a toda su familia con un arma punzocortante. De acuerdo con testigos, portaba el uniforme de la policía municipal, aunque las autoridades aseguran que había dejado de pertenecer a la corporación desde noviembre de 2024.
Horas después, el agresor fue detenido en la carretera Pachuca-Ciudad Sahagún, tras un operativo de la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo, la Guardia Nacional y la Décimo Octava Zona Militar. Fue trasladado a un hospital con heridas de arma blanca, aparentemente autoinfligidas en un intento de suicidio. Su estado de salud fue reportado como grave, pero estable.
Indignación y reclamo de justicia
El crimen múltiple y la falta de respuesta de las autoridades para proteger a Rosaura han generado una ola de indignación en Hidalgo. Ciudadanos exigen al gobierno del morenista Julio Menchaca Salazar justicia para las víctimas y sanciones para quienes resulten responsables de las omisiones que permitieron este feminicidio.
Con este caso, ya son ocho feminicidios en Hidalgo en lo que va de 2025, casi la mitad de los 17 registrados en todo el año anterior.
Rosaura tenía 25 años y toda una vida por delante. Su historia es un recordatorio brutal de que la violencia machista sigue arrebatando vidas, y que el Estado, una vez más, ha fallado en proteger a las mujeres que alzan la voz para denunciar.
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