La tragedia de Jocelynn Rojo Carranza, una niña de 11 años de Texas, ha conmocionado a miles y ha expuesto las consecuencias devastadoras del acoso escolar. La menor falleció el 8 de febrero en un hospital de Dallas, tras haber pasado cinco días en estado crítico.
Según su familia, fue víctima de un acoso constante en la Escuela Intermedia de Gainesville, donde sus compañeros la atormentaban con amenazas de llamar a las autoridades de Inmigración y Aduanas (ICE) para deportar a su familia.
Jocelynn fue víctima de bullying
Jocelynn, estudiante de sexto grado, soportó semanas de burlas y amenazas por parte de sus compañeros, quienes le decían que sus padres serían deportados y ella quedaría sola en el país.
El miedo a la deportación no era infundado. Su caso ocurre en un contexto de intensificación de las políticas migratorias bajo la administración de Donald Trump, quien ordenó “la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”. Con ello, las redadas de ICE se incrementaron y los arrestos diarios casi se duplicaron. Más de 10,000 personas ya han sido deportadas en vuelos militares ampliamente publicitados por la Casa Blanca.
Sin embargo, en el caso de Jocelynn, el miedo se volvió insoportable, una angustia que ningún menor debería tener. A pesar de que estaba recibiendo asesoramiento escolar varias veces por semana, la escuela nunca le alertó a la familia sobre lo que estaba ocurriendo.
Silencio institucional y falta de respuesta
El Distrito Escolar Independiente de Gainesville ha evitado responder directamente a las acusaciones de negligencia. En un comunicado a CNN, la institución aseguró que “cada vez que recibimos un informe de intimidación, respondemos rápidamente para garantizar que todos los estudiantes estén seguros física y emocionalmente”. Sin embargo, el testimonio de la madre y la falta de intervención efectiva contradicen esta versión.
The Independent intentó contactar a la Escuela Intermedia de Gainesville para obtener declaraciones, pero hasta ahora no han dado respuesta sobre su papel en la prevención del acoso sufrido por Jocelynn.
El 14 de febrero, la comunidad de Gainesville se reunió para despedir a Jocelynn en la Iglesia Católica de Santa María. Familiares y amigos, muchos de ellos niños, vestían tonos pastel en su honor, mientras mariachis tocaban durante la ceremonia. Su ataúd, cubierto con una tela blanca y un crucifijo, descansaba en el mismo lugar donde fue bautizada 11 años atrás.
“Esperé toda una semana un milagro para que mi hija se recuperara, pero por desgracia no se pudo hacer nada”, dijo su madre con el corazón destrozado. “Mi hija siempre estará viva para mí, y yo siempre la querré”.
En su obituario, Jocelynn fue recordada como una niña alegre y amorosa, a quien le encantaba nadar, hacer videos en TikTok y pasar noches viendo películas con su familia.
Justicia para Jocelynn
La historia de Jocelynn no puede ser ignorada. Su caso es un reflejo del impacto del acoso escolar, también es un llamado de atención sobre la falta de acción de las escuelas ante casos de intimidación y violencia psicológica.
¿Por qué la escuela ignoró sus denuncias? ¿Por qué nunca alertaron a su familia sobre lo que estaba ocurriendo? ¿Cuántas vidas más se perderán antes de que se tomen medidas reales contra el acoso escolar?
La justicia para Jocelynn no solo es castigar la negligencia, sino garantizar que ninguna otra familia tenga que pasar por este dolor.
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