Las plataformas de reparto como Uber, DiDi, Rappi y Cabify se han manifestado a favor de proporcionar seguridad social a los repartidores, respondiendo a una de las tantas promesas de la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum. 

Esta propuesta busca regular el trabajo de los repartidores y garantizar derechos laborales a los miles de trabajadores que dependen de estas aplicaciones. Sin embargo, las empresas recalcan la importancia de preservar la flexibilidad e independencia que caracterizan este tipo de empleo.

Un consenso con detalles pendientes

A través de un comunicado emitido por la Alianza In México, que agrupa a estas plataformas, las empresas dieron la bienvenida a Sheinbaum y expresaron su disposición a colaborar en la creación de un mecanismo que otorgue acceso a la seguridad social para los repartidores. Sin embargo, subrayan que en esta discusión se debe respetar la flexibilidad laboral.

Un estudio presentado por las aplicaciones en agosto reveló que el 60% de los repartidores dejaría este trabajo si perdieran la posibilidad de manejar sus propios horarios. Este es uno de los argumentos principales de las plataformas quienes temen que una regulación estricta pueda afectar el trabajo de miles de repartidores.

Riesgos de una regulación apresurada

El debate sobre cómo implementar la seguridad social ha generado tensiones. La Alianza In advierte que, si no se llega a un acuerdo equilibrado, se podría poner en riesgo la fuente de ingresos de hasta el 75% de los repartidores y afectar los servicios de reparto en más de 80 ciudades mexicanas. Esto, según el organismo, es un motivo suficiente para que la propuesta se discuta en un foro plural y con datos fundamentados.

El responsable de Asuntos Gubernamentales de Uber, Nicolás Sánchez, ya había señalado a Forbes México que una regulación inadecuada podría reducir los ingresos adicionales que los repartidores obtienen al combinar esta actividad con otras fuentes de empleo.

Diálogo abierto, pero con dudas

Aunque las plataformas se muestran abiertas al diálogo, existe incertidumbre sobre los términos exactos de la regulación. El comunicado de la Alianza In subraya la importancia de que las voces de los repartidores sean escuchadas y que cualquier medida respete las características del modelo actual. 

Igualmente han mencionado el problema también será ponerse de acuerdo sobre de dónde vendrán las aportaciones a seguridad social y qué es lo que los repartidores tendrán que sacrificar para acceder a un seguro. Por lo visto, si ya hay un borrador de la nueva reforma las aplicaciones no parecen enteradas. 

Por su parte, Sheinbaum ha prometido que enviará una propuesta para regular el trabajo de los repartidores durante este mes de octubre, lo que marca un punto de inflexión en el debate sobre los derechos laborales de los trabajadores de plataforma. Las próximas semanas serán claves para determinar si se logra un acuerdo que satisfaga tanto a las plataformas como a los trabajadores.