Morena propone cárcel a quienes promuevan corridos, series y videojuegos que hagan apología del delito

Mientras Sheinbuam asegura que no se trata de “prohibir o censurar los corridos”, el diputado Arturo Ávila, de Morena, propuso un cambio al Código Penal Federal para castigar legalmente cualquier manifestación cultural, artística o de entretenimiento que haga apología del delito. Esto incluye desde películas, series y música, hasta videojuegos y obras de teatro.

Sancionar manifestaciones mediáticas que hagan apología del delito, propone Arturo Ávila

Según su propuesta, aquellas expresiones que promuevan, justifiquen o glorifiquen actos delictivos —en particular los relacionados con el narcotráfico— podrían ser sancionadas con hasta 180 jornadas de trabajo comunitario. Y si la conducta delictiva es efectivamente replicada por un tercero, quien haya difundido el contenido también podría enfrentar consecuencias penales.

De acuerdo con Ávila, muchas obras artísticas y mediáticas normalizan o incluso romantizan conductas ilegales. En su exposición de motivos, señala que esta clase de contenido puede influir en la percepción social, en especial entre jóvenes, quienes podrían ver en estas figuras del crimen una vía para obtener poder, respeto o dinero.

El legislador también afirma que la propuesta tiene como fin proteger el desarrollo de niñas, niños y adolescentes, evitando que sean expuestos a contenidos que puedan afectar su formación y normalicen la violencia.

¿El problema es el arte… o la realidad?

La verdad es que este tema genera bastante debate, y no es tan sencillo como decir blanco o negro. ¿Es esto lo que realmente necesita el país en estos momentos? ¿O estamos frente a una forma de censura?

México vive una crisis de violencia estructural, alimentada por impunidad, corrupción, pobreza y falta de oportunidades. En ese contexto, culpar a una canción o a una serie de Netflix por los problemas del país puede parecer más una distracción que una solución de fondo.

Quienes defienden la libertad de expresión y los derechos culturales argumentan que este tipo de propuestas podrían abrir la puerta a la censura. ¿Cómo se definirá qué contenido “glorifica” el delito? ¿Quién decidirá qué canción sí se puede cantar o qué serie sí se puede transmitir? La ambigüedad en los criterios puede derivar en decisiones arbitrarias, limitando la creación artística y la crítica social.

¿Cultura o censura?

Las expresiones culturales, incluso las más incómodas, han servido históricamente para visibilizar problemáticas sociales, denunciar injusticias o simplemente retratar realidades complejas. Pensar que toda obra que hable de crimen es una apología del delito es un error.

Lo que se necesita con urgencia no es perseguir a artistas ni criminalizar el arte, sino políticas públicas que atiendan las verdaderas causas de la violencia: educación, acceso a oportunidades, justicia efectiva y seguridad.

La propuesta de Ávila pone sobre la mesa un debate necesario: ¿cómo equilibramos la libertad de expresión con la responsabilidad social de los medios y artistas? ¿Dónde trazamos la línea entre libertad artística y apología del delito?

Si bien es válido cuestionar los mensajes que consumimos y debatir sobre el impacto de ciertos contenidos, también es fundamental defender el derecho a la libre expresión. La solución no es silenciar, sino educar, informar y construir una sociedad que no necesite espejismos de poder como los que a veces venden las narconarrativas.


Por ahora, la propuesta está en el aire. Pero la discusión ya comenzó, y más vale que no nos agarre desprevenidos. Porque una cosa es combatir el crimen, y otra muy distinta es criminalizar todo lo que consumimos.


Comments

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *