¡Y que truena Morena! Legisladoras furiosas, amenazas y traiciones sacuden al partido guinda. Lo que comenzó como una repartición de comisiones en la Cámara de Diputados terminó convirtiéndose en un auténtico campo de batalla.
¿Qué pasó?
Todo comenzó el lunes, cuando, tras el fallecimiento de Ifigenia Martínez, Ricardo Monreal y Pedro Haces decidieron impulsar a Sergio Gutiérrez Luna como presidente de la Mesa Directiva, rompiendo el acuerdo de paridad de género. Esto no le cayó nada bien a las legisladoras morenistas, quienes, encabezadas por la vicecoordinadora, Gabriela Jiménez, no dudaron en alzar la voz.
Jiménez dejó clara su postura contra el machismo y la misoginia dentro del partido, pidiendo a sus compañeras resistir y no ser cómplices de las imposiciones. Pero, a pesar de los reclamos, Gutiérrez Luna fue electo, y con esto, la primera fisura en el partido quedó marcada.
El martes, las cosas empeoraron cuando se intentó despojar a Jiménez de varias de sus facultades para entregárselas a Pedro Haces, coordinador de operación política. La vicecoordinadora no se quedó callada y criticó duramente la concentración de poder en manos de hombres, lo que generó el respaldo de varias diputadas.
Sin embargo, el poder en Morena parecía moverse en otra dirección, y Jiménez terminó perdiendo parte de su influencia dentro del partido.
La asignación de las presidencias de 26 comisiones
La situación llegó a su punto más álgido la madrugada del jueves, cuando Monreal convocó a una reunión que comenzó a las 4 a.m., tras la sesión en la que se aprobó la reforma energética. Lo que se esperaba que fuera una discusión justa sobre la asignación de las presidencias de las 26 comisiones que le corresponden a Morena, se convirtió en un escándalo.
En un acuerdo que ya parecía estar decidido de antemano, Monreal y Haces determinaron que solo el 50% de las presidencias serían para mujeres, cuando se había prometido que el porcentaje sería del 70%.
Esto generó gritos de traición y manipulación por parte de varias legisladoras, quienes señalaron que las firmas para aprobar el plan se consiguieron bajo engaños y promesas falsas de poder. La imposición fue evidente y el malestar, palpable.
Pero ahí no quedó la cosa, la tensión aumentó cuando Pedro Haces fue acusado de amenazar a diputados durante otra reunión privada, en la que, además, impuso las presidencias de 15 comisiones. Legisladores morenistas, cansados del “albazo” y las tácticas intimidatorias, decidieron abandonar la sesión en señal de protesta. En total, 50 diputados decidieron no quedarse callados ante lo que consideraron una imposición descarada.
Legisladores también informaron que Olga Sánchez Cordero no acudió a la plenaria. Monreal y Haces Barba no la consideraron para presidir la mesa directiva de la cámara y ninguna comisión, a pesar de que es secretaria de la de Justicia.
Así, mientras Monreal y Haces se aferran al control, el partido parece estar al borde de una fractura difícil de superar. Las diputadas inconformes, lideradas por Gabriela Jiménez, ya están formando un bloque opositor dentro del partido, que incluye al vicecoordinador Alfonso Ramírez Cuéllar.
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