A veces conocer a tu ídolo no sale como lo imaginaste… y si no, pregúntenle a Pablo Tamayo, quien ahora está en el centro de un chismecito con Doja Cat, después de lo que parecía un momento bonito entre fan y artista, pero terminó con indirectas bien directas en X y merch “musty” de por medio.
¿Qué pasó entre Doja Cat y el fan?
Según el propio Pablo, todo comenzó cuando se encontró con Doja Cat, le mostró la camisa que traía puesta que parte de una colección vinculada al Pride, y como la cantante pareció gustarle y hasta elogiarla, él emocionado por la interacción, se la quitó y se la regaló.
En el video del momento se ve cómo ella sonríe, agradece, y hasta hay abrazos y besitos en la mejilla.
Peroooo, poco después la misma Doja decidió dar su versión de la interacción, que en sus palabras fue incómoda y no tan dulce como podrías pensar por el video. Aunque después borró el tuit, ya todos habían visto lo que pusó: “Tiré esa camiseta apestosa, por cierto”.
Pero no se quedó ahí. Siguió con un mensaje más fuerte: “La verdad es que puedo sonreírte, pero eso no significa que me caigas bien. No me toques ni me manosees cuando ni no me conoces. Honestamente, creo que necesito aprender a defenderme en el momento. Ese tipo ni siquiera sabía mi nombre y me besó la cara. Es una locura”.
Doja aseguró que está tratando de defender sus límites porque, como muchas personas públicas, a veces sonríen por compromiso mientras por dentro están incómodas.
Pablo responde: “No quise incomodarla”
Pablo, visiblemente afectado por lo ocurrido, salió a dar su versión también. Afirmó que es un gran fan, que nunca quiso invadir el espacio de Doja Cat, y que es parte de la comunidad LGBT+, por lo cual no había ninguna intención romántica o de acoso.
Incluso recordó que fue ella quien inició la conversación, al halagarle la camiseta. Según su versión, Doja le dijo: “Quiero una ahora mismo”, y él, feliz, se la quitó y se la dio. También dijo que la cantante fue muy amable en ese momento, y que si lo hizo sentir especial, fue lógico que él respondiera con cariño.
El debate: ¿dónde está la línea entre afecto fan y respeto?
Aquí es donde el chisme se pone interesante, porque no solo es Doja contra un fan, es un caso más en el eterno debate entre fan culture y límites personales. ¿Dónde trazamos la línea entre la admiración y la invasión?
Por un lado, muchos defienden a Doja: su espacio es suyo, su cuerpo también, y tiene todo el derecho a incomodarse, aunque sonría por cortesía. Esa gente que dice “pero si estaba riéndose” olvida que muchas veces uno sonríe cuando está nervioso o incómodo.
Por el otro, hay quienes ven excesiva su reacción en redes. Si ya pasó el momento y se sintió mal, ¿no hubiera sido mejor hablar del tema de forma general sin quemar al fan con playera y todo? Algunos opinan que Doja, con su poder mediático, convirtió una experiencia personal en una humillación pública innecesaria.
Cultura pop vs. límites
Las figuras públicas están expuestas, sí. Pero el consentimiento no desaparece por la fama. Nadie está obligado a recibir abrazos, besos ni regalos si no lo desea. Por otro lado, los fans no siempre entienden o reconocen límites en el calor del momento… y eso puede generar confusiones o incluso situaciones traumáticas.
Este tipo de situaciones se enmarca dentro de una cultura más amplia conocida como interacción parasocial: relaciones unilaterales en las que los fans sienten una conexión cercana —incluso íntima— con figuras públicas a las que en realidad no conocen. Las redes sociales intensifican este fenómeno al borrar las fronteras entre lo privado y lo público, haciendo que la vida de las celebridades parezca siempre accesible.
Pero ojo: el error de un fan no debería convertirse en espectáculo viral. El poder de Doja en redes sociales amplificó el asunto y resultó ciertamente humillante para el fan. Pero, ¿tú qué piensas?
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