La polémica Ley de Ciberseguridad de Puebla —rebautizada con justa razón por muchos como “Ley Censura”— sigue levantando polémica, y ahora es la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) la que se suma a la conversación (tarde, pero se suma).
En un comunicado, el organismo que encabeza Rosario Piedra Ibarra informó que ya está trabajando en un recurso de inconstitucionalidad que presentará ante la Suprema Corte para frenar esta reforma que podría ser un golpe bajo a la libertad de expresión.
La alerta la encendió la Red de Periodistas Puebla, que le pidió formalmente a la CNDH meter las manos —y el documento jurídico correspondiente— para evitar que esta ley termine criminalizando a la prensa crítica y a cualquier ciudadano que se atreva a levantar la voz en redes. Y sí, la CNDH respondió… aunque no con toda la contundencia que se esperaría.
CNDH se pronunció (por fin) sobre la ‘Ley Censura’; pero no habrá derogación
El artículo que tiene a todo mundo con los pelos de punta es el 480 del Código Penal poblano, que establece hasta tres años de cárcel a quien, usando medios digitales, ofenda o insulte con insistencia a alguien, causándole daño físico o emocional. Suena razonable si pensamos en casos de acoso real, pero el texto está tan vago y ambiguo que fácilmente podría utilizarse para silenciar críticas políticas o señalamientos incómodos.
La CNDH coincidió en eso y pidió al gobierno de Alejandro Armenta revisar la redacción del artículo para que no se preste a interpretaciones abusivas.
Pero, ojo: Rosario Piedra no fue tan lejos como para pedir su derogación total. “No estoy de acuerdo en derogarlo, sí en modificarlo”, dijo. Una postura que ha generado dudas sobre si realmente hay voluntad para defender con todo la libertad de expresión… ¿o será que no quieren incomodar a ciertos aliados políticos?
La realidad es que en el primer foro público “Divulgación Ciudadana: Ciberseguridad en Puebla”, realizado el 19 de junio, la mayoría de los participantes se fue duro contra la ley. La calificaron como un escudo político y una herramienta de censura que puede ser usada contra medios, activistas, usuarios incómodos… o cualquier persona que escriba un post subido de tono.
Y ahí es donde la tibieza de la CNDH empieza a levantar sospechas. ¿Por qué no exigir con claridad la derogación de un artículo que, desde su origen, está mal planteado? ¿Hay miedo a enfrentarse directamente al poder estatal?
Lo que viene: más foros y… ¿más ambigüedad?
El Congreso de Puebla ya anunció que se hará otro foro sobre esta reforma, ahora enfocado en las juventudes, porque —según dijeron— casi no participaron en el anterior. ¿Servirá de algo? Está por verse. Lo que sí es un hecho es que la presión social y mediática está haciendo que esta ley se tambalee, al menos un poquito.
La CNDH prometió darle seguimiento puntual y aseguró que la acción de inconstitucionalidad irá con todo ante la Suprema Corte. Pero mientras Rosario Piedra siga en el tono de “modificar sí, derogar no”, muchos seguirán preguntándose si de verdad hay una defensa clara de la libertad de expresión… o si, como ha pasado antes, estamos frente a una recomendación que se queda en el cajón.
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