La CURP biométrica no deja de ser el centro de la conversación. Este nuevo documento de identidad, que va a sustituir poco a poco a la CURP tradicional, no solo incluirá tus datos personales, sino también una buena parte de tu cuerpo digitalizado: foto del rostro, escaneo de iris, huellas dactilares y firma electrónica.
La idea, según lo dicho oficialmente, es agilizar trámites, facilitar la identificación de personas y ayudar a las autoridades de seguridad, justicia y migración a hacer su chamba. Pero más allá de lo bonito que suena todo eso, lo que está preocupando es quién puso esta idea sobre la mesa… porque hay señales de que el plan pudo venir de fuera.
CURP biométrica, ¿fue petición de Estados Unidos?
Aunque la propuso la presidenta Claudia Sheinbaum, por ahí andan diciendo que esta CURP con biométricos no fue su idea original. Lo que está dando de qué hablar es una entrevista de Fox News publicada en marzo que ahora se ha vuelto viral. En ella, Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, menciona: “Le pedí específicamente (a Sheinbaum) que comparta datos biométricos con nosotros, aunque eso podría ser controversial en su país”.
Según Noem, la reunión que tuvo con Sheinbaum en Palacio Nacional estaba planeada para durar media hora, pero se extendió por dos horas. En ese tiempo, dijo, le entregó una lista de cosas que al presidente Trump le gustaría ver.
Entre esas “sugerencias” estaba que México asegurara su frontera sur con Guatemala y que compartiera más información con las autoridades estadounidenses: desde registros de criminales hasta, sorpresa, datos biométricos.
Aunque el gobierno mexicano no ha reconocido públicamente que esta nueva CURP esté ligada a una exigencia del gobierno estadounidense, las declaraciones de Noem dejan entrever que hay presión externa para que México fortalezca sus sistemas de control poblacional.
Y justo ahora que se aprueba un documento nacional con toda esa información sensible… la coincidencia es, cuando menos, sospechosa.
Tener una CURP biométrica puede facilitar muchos trámites, sí, pero también abre la puerta a una vigilancia más estricta, al almacenamiento masivo de datos personales y al riesgo de que esa información termine compartida sin consentimiento. Además, como será obligatoria, no es como si pudieras decir “no, gracias”.
Todo esto nos deja más preguntas que dudas. ¿Se trata de modernizar al Estado mexicano o de ceder ante presiones extranjeras? ¿Es por nuestra seguridad o por intereses extranjeros? ¿Es un avance… o un nuevo tipo de control? Lo único cierto es que la CURP ya no será lo que era.
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