Para miles de trabajadoras sexuales que ya enfrentan una carga social y emocional enorme, ¿cómo puede contribuir el arte sin revictimizarlas? El reciente retiro de las obras de Ana Gallardo, artista argentina, en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) nos hace replantearnos esta pregunta tan crucial.
La exposición Aquí tembló un delirio incluía piezas que, lejos de sensibilizar sobre la realidad de estas mujeres, fueron señaladas por revictimizar y perpetuar la estigmatización y marginación de las trabajadoras sexuales. Esto provocó una disculpa pública por parte del museo y el retiro de las obras.
¿Cuál fue la polémica por la obra de Ana Gallardo en el MUAC?
La controversia se centró en dos obras: “Extracto para un fracasado proyecto (2011-2024)” y “Sin título (2011)”. En ellas, Gallardo narraba una experiencia personal de 2011, cuando intentó realizar un proyecto artístico en Casa Xochiquetzal, un refugio para mujeres adultas mayores que se dedicaron al trabajo sexual.
En un video que incluian las obras, Gallardo mostraba imágenes de una de las residentes del refugio sin haber obtenido su consentimiento para ser filmada y difundida, además de mostrarla enferma y en una situación desfavorable.
También, en su obra, Gallardo relataba cómo se le pidió que cuidara de Estela (la mujer que aparecía en el video) durante su estancia en la casa, y utilizaba esta anécdota (llena de insultos hacía Estela y las encargadas de Casa Xochiquetzal) para justificar el fracaso de su proyecto.
Lo que provocó que Casa Xochiquetzal y activistas vinculados al trabajo sexual emitieran una fuerte carta de protesta dirigida al MUAC.
En la misiva, se señaló que las obras reforzaban estigmas y agravaban las vulnerabilidades de estas mujeres, al usar términos ofensivos y al describir su condición de vida de manera despectiva.
Especialmente, criticaron el uso repetido de insultos como “puta” e “hija de puta”, palabras que —además de su clara carga misogina— históricamente han sido empleadas para denigrar a quienes ejercen el trabajo sexual, lo que revictimizaba a las mujeres que ya enfrentan una estigmatización social extrema.
Igualmente, en la carta enviada al museo, Casa Xochiquetzal refutó la versión de Gallardo, declarando que ella sólo cuidó a Estela por un día y que su versión de los hechos estaba llena de imprecisiones.
Manifestaciones en el MUAC
Como muestra de su desacuerdo con la exposición, un grupo de activistas y trabajadoras sexuales afuera y adentro de las instalaciones del museo, y llenaron las paredes con mensajes contundentes. En algunos se pide “respeto total al trabajo sexual” y “no discriminación a las trabajadoras sexuales”, y en otros se lee “Ana Gallardo privilegiada blankkka”.
Pues, si bien el arte tiene la capacidad de amplificar las voces de quienes han sido silenciadas, cuando esto se hace desde una postura de poder o sin sensibilidad, puede caer en la trampa de explotar simbólicamente esas mismas experiencias.
MUAC pide disculpas y retira las obras de Gallardo
Frente a estas acusaciones y las manifestaciones, el MUAC reconoció su error al no haber evaluado adecuadamente la sensibilidad de la obra en el contexto actual y la carga simbólica que podría tener para las poblaciones vulnerables.
En un comunicado, el museo ofreció una disculpa pública a las personas agraviadas y anunció la retirada inmediata de las piezas, reconociendo que el arte debe respetar los derechos y dignidad de todas las personas, especialmente de aquellas que históricamente han sido marginadas, como las trabajadoras sexuales.
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