Una ama de casa sancionada por criticar nepotismo en X, periodistas marcados como “violentadores de género” por escribir sobre corrupción… y así, caso tras caso, crece la preocupación: ¿estamos viendo un patrón de censura y abuso de poder en la era de la Cuarta Transformación?
Aunque desde Palacio Nacional se ha insistido en que en este gobierno no hay censura, los hechos dicen otra cosa. Y es que en los últimos meses se han acumulado situaciones que, si bien son distintas entre sí, comparten un hilo conductor: el uso de instituciones públicas para callar críticas.
Así que por acá te contamos algunos de los casos más sonados donde el poder ha presionado —desde lo legal o institucional— para callar voces incómodas.
Disculpas públicas a Noroña
Uno de los episodios más surrealistas fue cuando el Senado utilizó a su equipo jurídico para denunciar a un ciudadano que criticó en voz alta a Gerardo Fernández Noroña en el AICM.
La cosa escaló tanto que la FGR se metió y, al final, Carlos Velázquez de León terminó ofreciendo una disculpa pública por “afectar la investidura” de Noroña.
El mismo Noroña que ha sido protagonista de enfrentamientos verbales, que fue sancionado por violencia política de género y que no es precisamente un ejemplo de moderación. Pero en este caso, se convirtió en la víctima institucional… con todo el respaldo del Estado.
¿Precedente? Claro. Él mismo lo dijo. ¿Con qué objetivo? Que la próxima vez, antes de reclamarle algo a un funcionario, te lo pienses dos veces.
“Dora, la censuradora”
Dora Alicia Martínez, aspirante a ministra de la SCJN, fue mencionada en la investigación de Televisa Leaks publicada por Aristegui Noticias. En lugar de responder a los señalamientos, intentó censurar el reportaje bajo el argumento de violencia política de género.
El INE desestimó la queja, pero Dora no se detuvo. Siguió denunciando a usuarios en redes sociales, periodistas y activistas… por compartir o comentar la nota. Incluso la actriz Laisha Wilkins terminó con una denuncia encima por burlarse del apodo “Dora, la censuradora”.
La ley que casi permite bloquear plataformas
En abril de 2025, el gobierno de Claudia Sheinbaum propuso una reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión. En teoría, buscaba frenar la propaganda extranjera… pero en la práctica abría la puerta para que una agencia del gobierno pudiera bloquear plataformas digitales sin mayor justificación.
¿Ambiguo? Sí. ¿Censurable? También. ¿Retrocedimos 20 años? Un poco.
Puebla y la “Ley Censura”
En Puebla ya se aprobó una ley que castiga el “ciberasedio”, es decir, insultos o comentarios ofensivos en redes. El problema es que la ley es tan ambigua que permite que cualquier crítica sea usada como base para abrir una carpeta de investigación.
Artículo 19 y otras organizaciones lo advirtieron: la norma podría ser usada para perseguir a periodistas, ciudadanos o activistas.
La presión mediática obligó al gobernador Alejandro Armenta a abrir foros de discusión… pero la ley sigue en pie.
Cierran el diario Tribuna de Campeche por denuncia de la gobernadora Layda Sansores
En Campeche, el periodista Jorge Luis González fue vinculado a proceso por presuntamente incitar al odio contra la gobernadora Layda Sansores. El detalle es que González llevaba ocho años jubilado.
Aun así, se ordenó el cierre del medio en el que trabajó y se le impuso una suspensión de actividades profesionales. Otro ejemplo más de cómo se usa el aparato de justicia para castigar críticas.
Sanción a ‘DATO PROTEGIDO’ por señalar nepotismo
Una usuaria de X criticó que Diana Karina Barreras, esposa de un diputado de Morena, fuera candidata a legisladora federal. El TEPJF terminó sancionándola por violencia política de género. Y ahora tiene que disculparse con “DATO PROTEGIDO”.
Lo irónico es que el debate en el Tribunal fue si una crítica ciudadana sobre nepotismo podía considerarse violencia de género. Algunos magistrados dijeron que no… pero la mayoría dijo que sí.
Los episodios que repasamos arriba pueden parecer diversos, pero tienen un mismo patrón: ciudadanos, activistas y periodistas enfrentando procesos, multas o sanciones por ejercer su derecho a expresarse.
La 4T prometió no ser como los de antes, pero estos casos muestran que el poder también puede incomodarse cuando se le critica, y que no duda en usar el aparato del Estado para defender a sus funcionarios… incluso si eso implica callar voces.
¿Estamos bajo una nueva era de censura? No hay respuesta definitiva, pero si algo está claro, es que la libertad de expresión en México está en su punto más vulnerable en años.
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