El machismo desde lo mediático: Los comentarios de Chicharito, Temach y Adrián Marcelo y su impacto

En pleno 2025, el machismo sigue encontrando formas de colarse en lo mediático, en lo viral y hasta en lo que consumimos como “entretenimiento”. Se disfraza de “humor negro”, de “libertad de expresión” o hasta de “motivación masculina”. Pero cuando figuras como Chicharito, Temach y Adrián Marcelo sueltan comentarios cargados de estereotipos sexistas, no podemos mirar hacia otro lado.

Chicharito y el discurso rancio de la masculinidad “perdida”

Todo empezó con unos videos en los que Javier “Chicharito” Hernández se lanzaba contra las mujeres diciendo que estaban “fracasando” por querer independencia y dejar de “nutrir y cuidar” como antes. 

La FMF y Chivas lo sancionaron, sí. Pero lo que realmente incomodó fue que sus comentarios no vinieron de un troll cualquiera, sino de uno de los jugadores más reconocidos del país. Su figura mediática legitima un discurso que no es nuevo, pero sí peligroso: la idea de que las mujeres están “perdiendo su rumbo” al exigir igualdad.

No son comentarios inocentes ni “opiniones personales”, sino parte de una narrativa que le da validez a los viejos roles de género. Lo preocupante no es que lo piense, sino que lo difunda como si fuera verdad absoluta.

Temach y el “coaching masculino” 

El caso de El Temach es todavía más complejo. Su discurso, disfrazado de superación personal y desarrollo masculino, ha sido señalado por promover ideas misóginas, homofóbicas y profundamente retrógradas. Que si las mujeres “valen” según cuántas parejas han tenido, que si el acoso es culpa de que ellas “se hacen las difíciles”, que si los hombres deben recuperar su “lugar natural” en la jerarquía. ¿Ya con eso?

Y eso no es todo. El Temach ha armado toda una comunidad donde se realizan bautizos simbólicos de machos alfa —sí, con golpes incluidos— y se reproduce una narrativa donde la mujer es vista como obstáculo, castigo o premio. Su discurso no solo es tóxico: está cargado de resentimiento y alimenta dinámicas de violencia emocional y aislamiento entre los hombres que lo siguen.

Lo más preocupante es su nivel de alcance. No es un loquito en un foro escondido: su contenido llega a millones de jóvenes, muchos de los cuales lo ven como un modelo a seguir. Y eso es lo peligroso: el cómo lo mediático legitima estas ideas bajo el disfraz de la “motivación masculina”.

Adrián Marcelo: el humor como excusa para la misoginia

Adrián Marcelo es el clásico ejemplo del vato que dice “ay, es broma” y se excusa con el “humor negro”.

Aunque su paso por La Casa de los Famosos lo puso otra vez bajo los reflectores, sus comentarios machistas y misóginos vienen de mucho antes. Desde entrevistas en Radar donde hace chistes sobre abuso, hasta comentarios despectivos hacia mujeres trans en su podcast, su “humor” no solo es políticamente incorrecto, sino francamente violento.

Adrián no ha dejado el personaje: sigue criticando lo “woke”, burlándose del feminismo y abrazando una postura que parece decir “si te ofendes, es tu problema”. Pero cuando una figura mediática con cientos de miles de seguidores normaliza el desprecio a las mujeres o lo convierte en risa fácil, el mensaje que se manda es claro: todavía es rentable ser machista.

¿Por qué importa hablar de esto?

Esto no es solo un tema de “me cae mal” o “ya no se puede decir nada”. Es que estos discursos refuerzan una cultura que normaliza la desigualdad, minimiza la violencia de género y perpetúa roles que, literal, matan.

El machismo mediático no solo se trata de lo que dicen estas figuras. También de cómo reaccionamos los demás: si aplaudimos, si lo justificamos, si lo compartimos o si, de plano, nos hacemos los que no escuchamos.
Ya no se trata solo de cancelar o funar. Se trata de entender por qué estos discursos siguen teniendo eco, qué estructuras los permiten y cómo desmontarlos.


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